domingo, 8 de junio de 2025

SIRAT

 SIRAT

Oliver Laxe, 2025


Puede que lo sensorial no te deje pensar, pero cuando pasan unos minutos y recobras esa capacidad entiendes que estás viendo una película que clama en el desierto que lo estamos haciendo mal, muy mal. Para empezarla satisfacción de las necesidades vitales, para continuar el respeto a ser quienes somos con nuestras diferencias y para terminar la paz, ni más ni menos, mundial.

Es una distopía tan verosímil que no lo parece, sin embargo los elementos potentes como los paisajes, las transiciones del día a la noche y viceversa, los colores saturados de luz que casi obligan a guiñar los ojos en plena oscuridad de la sala del cine, las ropas y tatuajes de los protagonistas minimalistas y al margen de todo tipo de etiqueta, el texto extremadamente sincero y, oh, la música, esa música que hace bailar hasta en el infierno.

La primera escena sobrecoge por el contraste brutal entre naturaleza y cultura, así que después de esto crees que lo has vito todo y sin embargo la cosa sigue y sigue contrastando lo que hay y lo que ponemos, lo que es y lo que tenemos.

Extraño viaje, dramatismo salvaje pero tan humano que, solo al final, puedes reconocer que así no se puede vivir de verdad, aunque la realidad supera la ficción con creces y lo sabes, porque tan dura no debe ser la vida, lo pocos años de vida que tiene un ser humano.

Esta película sí que hay que verla en pantalla grande y con sonido de los buenos, para después exclamar onomatopeyas, suspirar hondo, echar un trago a lo que sea y empezar a recuperar escenas, frases, imágenes que nos interpelan como habitantes presentes de este planeta. El director nos coloca en un lugar no solo extremo fotográficamente sino también personalmente.

Los dilemas morales que recorren toda la película son de una implicación muy exigente y un compromiso bestial con y para los demás. ¿Qué harías tú si fueras Sergi López? ¿Cómo soportar la vida después? ¿Puedes hacer algo desde tu circunstancia real, presente, para que el infierno no aparezca, no nos lleve con él?¿Hay un lugar al que ir si eres una persona marginada, si te ha tocado ser pobre, si tu medio ambiente es conquistado por el poder occidental? ¿Huir conduce al fin del mundo?

Más allá de los reconocimientos en forma de premios, técnicos, interpretativos, artísticos, guion y demás, la película merece la pena, mucho, como el buen cine deja posos para saborear lentamente, sin prisas, una y otra vez.


4 comentarios:

  1. Excelente. Demoledora en su implacable demostracion de la imbecilidad humana y la grandeza de la naturaleza que se impone siempre.

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  2. Sólo se puede imponer la grandeza de algo a alguien que no es imbécil y la imbecilidad solo se puede detectar desde la imbecilidad. Yo hablaría con otros términos, más bien expone las diferentes consecuencias de habitar este mundo que no satisface a todos.

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