A VIVIR QUE SON...
SER, Javier del Pino, 27/02/22
Cuando Javier le ha pedido una reflexión sobre la guerra Millás no ha hecho ningún análisis geopolítico ni histórico, ha hablado de tener piedad. Entonces he prestado más atención, totalmente concentrada en expresiones como peatones de la historia, patio de colegio, en tres horas estás en la guerra, situaciones límites y otras que no he retenido porque ha contado la anécdota de su madre sobre una tormenta y los bombardeos de la Guerra Civil en Madrid. Antes de que cambiara de tercio ya había conseguido que viera a Ucrania de otro modo y, por analogía, a otros países y territorios del planeta donde siguen asesinando a personas de todas las edades a diario. No deberíamos olvidar lo que supone una guerra una vez que empieza, las consecuencias humanas duran mucho tiempo y no son nada buenas, tenemos demasiada experiencia de esto desgraciadamente.
Su original sentido del lenguaje hace que nos cuente lo del miedo que produce pánico en las inversiones, en las subidas de la luz y de la gasolina como un miedo a la guerra también, otro miedo. Otro ejemplo lingüístico ha sido la guerra analógica que ya no la vemos como guerra, la sangre y los cuerpos destrozados ya no van con la actualidad digital. Estos sentidos de las palabras provocan ideas muy interesantes sobre la realidad y cómo nos relacionamos con ella y en ella.
Antes de irse con Paqui ha tenido tiempo para referirse al asunto doméstico de la corrupción en el PP para dejar claro que hay dos muertos, uno asesinado, Casado, y otro auto-asesinado, Ayuso. No puedo estar más de acuerdo con esta afirmación. La jugada ha resultado una estrategia de harakiri por exceso de egoísmo, prepotencia y poder que ha extendido la alfombra roja al amigo del narco. Total.
Hoy la segunda parte del programa ha sido puro Millás. La ciudad de la policía como escenario de investigaciones científicas, con laboratorios químicos, batas blancas, fotografías forenses, vestigios de sudor, ultra velocidades, cámaras, software específicos, sonogramas que describen aspectos físicos y psíquicos de sospechosos, pero sin comparaciones con las series televisivas...menos mal, he pensado, porque mi cabeza ya estaba imaginando escenas de crímenes en el metro, en la Castellana o en el Senado y a Juanjo tomando muestras de esto y de aquello por todas partes.
Y para acabar, ha manifestado su sorpresa al oír a un vendedor de coches que lo importante de su negocio no es la venta de coches sino la de datos. Aquí reconozco que mi cabeza ha hecho algo raro para poder seguir el discurso, de ciencia ficción, que he escuchado sobre los registros, en algo así como cajas negras, de los coches actuales. Según subimos al coche estamos enviando datos sobre nuestra vida en el momento, sobre el pasado y sobre el futuro, porque se pueden hacer predicciones y suposiciones con tanta cantidad de datos que proporcionamos al concesionario. Flipante.
El viaje de esta mañana ha vuelto a ser alucinante. Partimos del horror real pero piadoso del presente más alucinante para llegar a la tecnología punta que provoca alucinaciones. Otra vez la realidad y la ficción parecen lo mismo gracias a la mente ocurrente del escritor.
Qué bien que hoy no me lo he perdido!!
