EL MAESTRO QUE PROMETIÓ EL MAR
Patricia Font, 2023
Suelo argumentar lo que escribo, pero tal vez sólo leáis opiniones...lo interesante es leer vuestros argumentos o tal vez sólo lea vuestras opiniones...
EL MAESTRO QUE PROMETIÓ EL MAR
Patricia Font, 2023
SUBTEXTOS...MILLÁS
La conversación de esta mañana entre Javier y Juanjo sobre la fragilidad y la vulnerabilidad como aspectos humanos cotidianos frente a la eficacia, la dureza y la productividad de nuestro contexto ha sido sencillamente pura descripción de la vida.
Necesariamente ha tenido que referirse el escritor a Gaza, a los hospitales bombardeados por Israel porque hoy, cualquiera que mencione un hospital, por el motivo que sea, pero especialmente porque lo esté usando como paciente, valora y aprecia el trabajo insustituible de los hospitales para la normalidad de la vida, cuanto ni más para la vida en guerra.
Resulta paradójico y trágico que hoy, precisamente, se cumplen 75 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, impulsada por Eleanor Roosevelt, esposa del entonces presidente norteamericano, país que se ha opuesto a el alto al fuego en Gaza con su veto en la ONU.
Parece que los Derechos Humanos también están amortizados, como Millás en los subtextos que le parece apreciar en los médicos cuando anteponen su edad a cualquier alivio definitivo de sus enfermedades. Esos sesgos, racistas, machistas, edadistas, están presentes hoy en la celebración de la efemérides de los DDHH, además de económicos, armamentísticos y de prestigio internacional.
Qué antagónico hoy el programa de radio con la realidad, la reivindicación del derecho a ser frágiles, vulnerables, a prestar atención al cuerpo, a no ser duros que ha dicho el escritor, contrasta con la dureza de la mano levantada del responsable de EEUU, en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, para manifestar su veto contra el alto al fuego en Gaza.
Si tuviéramos que contestar a la enfermera de Millás sobre qué puntuación le damos entre 1 y 10 a el estado del mundo hoy no tendríamos ningún reparo, más que el de la vergüenza, en admitir el suspenso.
Hoy es el 75 aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos y las democracias que los impulsaron son máquinas de guerra dirigidas a causar terror y más inhumanidad de la que se causó con la Alemania nazi.
Me avergüenza mucho que la Paz no sea el objetivo después de experimentar en tantas ocasiones las consecuencias de la guerra. Esta Declaración Universal no es perfecta, ni siquiera es actual después de 75 años, pero era un símbolo respetable que nos hacía pensar en un mundo mejor hacia el que deberíamos conducir todos los esfuerzos posibles porque otro es peor.
La tristeza de este cumpleaños es enorme por la constatación de la inutilidad de Naciones Unidas, una vez más en el presente siglo, al demostrar la inutilidad de los trabajos y las esperanzas internacionales en un mundo mejor.
Mañana, en clase, leeremos la DUDH como si tuviera sentido, como si lo hubiera tenido alguna vez y como si lo fuera a tener próximamente, todavía no he encontrado argumentos para no hacerlo en clase de Valores Éticos, de Filosofía, de Historia, como un hecho humano de la mayor importancia para el mundo. Cuando pregunte después al alumnado adolescente por el artículo que les parezca más importante y me respondan con el número 3, suelen hacerlo cada curso, yo me sumaré a sus argumentos ya que no hay nada más valioso que: Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.
ALFAR CENTRO CUTURAL PEDRO MERCEDES
San Antón, Cuenca
ANATOMÍA DE UNA CAÍDA
Justine Triet, 2023
Con permiso de M. Ligero (https://www.lamarea.com/2023/12/05/cannes-cine-anatomia-de-una-caida-es-casi-perfecta/) es una película redonda.
Cuando apenas sabemos nada ocurre el hecho que, a fuerza de necesitar explicarlo y entenderlo, marca la trama psicológica, moral, legal y familiar de la película, grabada en un ambiente frío, nevado concretamente, que muestra a personajes fríos cuyas vidas parecen frías creando cierta distancia con el espectador, porque lo que hace que nos interese, que podamos empatizar con los personajes, que sintamos curiosidad y un poco de calor humano, no es la protagonista, en todo momento distante, ambigua, sospechosa, sino el análisis técnico, profesional, laboral, del caso en los tribunales, con su jueza, su fiscal y abogados defensores, sus peritos, su público y su jurado. Además su testigo, clave. Lo que provoca templanza y cercanía es lo burocrático, un juicio, lo alejado de la vida cotidiana que resulta ser lo más humano socialmente hablando, las leyes.
Es una película de argumentos y contrargumentos judiciales, o sea, morales, en los que cada palabra, con su tono de pronunciación y su gesto corporal, deciden la importancia de cada suposición que puede llegar a ser concluyente. Lo subjetivo y las hipótesis protagonizan los discursos para llegar a la verdad objetiva. Es un ejercicio de lógica argumentativa, un juego del lenguaje wittgensteiniano, que va conduciendo la trama por recovecos originales, plausibles, pero también irónicos, inquisitoriales.
La vida de una pareja se exhibe con toda su intimidad y crudeza, los deseos, las pasiones, las frustraciones saltan a la pantalla para contaminar todas las pruebas periciales de posibilidad, de realidad y cambiar los hechos.
Está muy bien contada por los tiempos y las pistas que aparecen separadas para que se pueda conjeturar y descartar. Es muy importante el guion y los planos de la cámara psicológica son decisivos para la implicación con los personajes, para los despistes, para las confusiones necesarias en el cine de suspense, de buenos y malos que no dan la cara a priori, de prejuicios infundados que se deshacen al final y solo al final.
Intriga mantenida perfectamente por el elenco actoral, sobre un plano arquitectónico, literal, en un teatro litúrgico como es la sala del juzgado con sus jerarquías y poderes, que todo lo cuestionan y lo juzgan sin sentencia para que cuente en la sentencia final. Los roles familiares, la sexualidad, el éxito profesional, la crianza, todo se disecciona aparentemente en un segundo término pero acaba siendo definitivo, como lo subliminal. Y con las piezas a punto de encajar en el puzle y cerrar el caso aparece una última que faltaba con la que se hace justicia. Sorpresa final, lo previsible también se enfría.
Muy buena.
MICRORRELATOS CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO
Sala Iberia, Cuenca, hasta el 10/12/23
El título es de lo más sugerente...
Cuando hay espectadores protagonistas de todo
EL CASTIGO
Matías Bize, 2022
Desde el comienzo se respira con dificultad a pesar de que prácticamente todo sucede al aire libre, en una carretera de una zona boscosa, pero los silencios largos y los planos cortos, el lenguaje no verbal y el verbal del final, componen una orquesta dramática en varias tiempos, a ratos insufribles.
Los dilemas morales se suceden a cada paso, sobre la educación de los hijos, sobre el peso de los miembros de la pareja, sobre la verdad y la mentira, sobre el concepto de familia, en definitiva sobre los actos que realizamos sin libertad, llevados por las circunstancias que eligen otros, que favorecen las normas y lo establecido, lo conveniente.
Según Sócrates es peor cometer injusticias que padecerlas. Ana, la madre en la película, podría ser un buen ejemplo, solo que en el transcurso de la película transita de un extremo a otro, acabando siendo los dos y lo hace en tiempo real respecto al ritmo de la trama y la duración del film. La vemos en un punto de partida y poco a poco se mueve hacia el otro lado, ella misma, la que supuestamente maneja la situación y sabe y decide. Sin embargo las consecuencias de sus actos, por muy calculadas que pudiera tenerlas, no las puede controlar, no las espera, acaban superando su equilibrio mental, corporal, vital. La actriz, en ese recorrido, nos muestra diferentes caras, tonos de voz y expresiones corporales porque va con todo hasta el final, porque se la juega y es consciente.
¿Cuánto hay que permitir a un hijo?, ¿cómo saber cuál es la proporcionalidad exacta de los castigos?, ¿se debe participar de las elecciones del otro aunque no se esté de acuerdo? Cuando la verdad puede acarrear malos entendidos y desencuentros ¿se debe decir?, incluso cuando puede suponer un giro total a las relaciones familiares, un antes y un después dramático para siempre ¿se debe verbalizar lo que se piensa, lo que se viene sintiendo desde hace años?.
¿La maternidad justifica dejar de ser tú durante el período laboral más importante en la vida de una trabajadora? ¿debe sacrificarse el bienestar personal porque no concuerda con lo que se espera de ti?
Las corrientes éticas de los principios y la de las consecuencias chocan en el dilema que nos presenta la historia, sobre todo porque, como casi siempre, lo que sucede en un momento dado viene de mucho antes y no tiene por qué estar resuelto, o resuelto del todo. Los principios del cuidado, de la verdad, de la empatía, de contar con los demás, sin ponerlos en práctica, sin contextualizar, suelen funcionar, pero cuando se trasladan a hechos concretos pueden dejar de funcionar fácilmente. Entonces las consecuencias toman las riendas y se imponen aunque no se hayan tenido en cuenta.
La interpretación de los protagonistas ayuda a sentir la angustia y a entender la furia de la confesión final. La cultura hegemónica, patriarcal, acaba por ser un ingrediente principal con el que comprender la culpa y el desvelo, la tensión permanente y las reacciones finales. ¿La maternidad justifica dejar de ser tú durante tu período laboral más importante?
Con un planteamiento filosófico claro, tal vez por ello, cuestiona las relaciones personales intrafamiliares, los roles de cada cual, las implicaciones y las renuncias en el día a día, a partir de un hecho puntual, inusual pero perfectamente posible. Además, como añadido, aparece la autoridad civil, los pacos chilenos, marcando claramente lo que se debe hacer en un momento de desesperación máxima, dando órdenes, interrogando y juzgando cada movimiento, cada palabra y casi cada pensamiento. Resulta paradójico el contraste entre sentirse presionados y el paisaje natural, cómo el bosque puede ser la metáfora del interior de cada persona, lo grande y milenario es lo pequeño e individual, de hecho los personajes se internan y salen del bosque como si entraran y salieran de sí mismos, adoptando papeles diferentes de sus prácticas éticas, de su modo de ser y estar con el otro, en el mundo.
CARA DE PAN
Sara Mesa, Anagrama, 2018
THE OLD OAK
Ken Loach, 2023
MILLÁS Y LAS DISONANCIAS COGNITIVAS
Al pan, pan y al vino, vino, podríamos decir después de escuchar a Millás, un domingo más, con Javier del Pino. Parece mentira que decir lo que vemos y lo que pasa fuera una temeridad y ocultar lo que se ve y lo que pasa fuera lo verdadero y conveniente.
Israel está asesinando al pueblo palestino con el objetivo de acabar con el terrorismo de Hamás y las democracias occidentales, Europa a la cabeza, lo están permitiendo. No hay más maneras de decir estos hechos, de valorar las imágenes que nos muestran en los telediarios. Por esto, Millás se pregunta, y nos interpela, por qué tenemos la extraña sensación de que hay algo que no es como se cuenta, por qué se acepta que Israel se defienda con toda la artillería posible, y no es un eufemismo, y no se le llame asesino cuando masacra a la población civil como lo está haciendo. Una parte de la política española, la derecha para variar, pone el grito en el cielo porque el Presidente del Gobierno dice lo que ve y pide explicaciones, dando a entender que lo hace mal, que nos compromete diplomáticamente y otras vainas con tal de aparentar que ellos lo harían todo mucho mejor porque son mejores. Con independencia de lo mal o bien que haga otras cosas, en este asunto, el Presidente y Millás tienen razón, solo hay que ver cualquier telediario.
Oírle hoy me ha recordado su texto sobre el Caso Nevenka Fernández, subtitulado contra la realidad, allá por el año 2004, lo que nos recuerda que el escritor lleva toda la vida ejerciendo de periodista, buscando la verdad, sospechando de las apariencias, de las palabras, siendo sensible a las disonancias cognitivas, tan utilizadas en nuestros medios de comunicación y en nuestra clase política.
Qué sano es escuchar con tanta naturalidad como lo dice Millás, que las cosas son como las vemos y no como nos las cuentan, que por muy imperfectos que sean nuestros sentidos siempre hay algo que no es como me dicen. Tiene que ser un escritor, especialista en inventar realidades, en construir alternativas imaginativas, quien nos diga a las claras lo que pasa, quien llame a las cosas por su nombre.
Después, el programa ha seguido con el tema de la vivienda y la arquitectura, entre noticias y valoraciones de lo que supone para la vida personal de mucha gente, el actual estado de la vivienda en grandes ciudades y, cada vez más, también en pequeñas. Qué bien sienta un análisis de los datos, una aproximación, siempre subjetiva, de lo que significa en el día a día las cifras y los titulares de las noticias: 600 euros por una habitación en un piso de Lavapiés.
En fín, otro domingo más, ha sido una suerte escuchar a Millás por la mañana.
TAMBIÉN EN CUENCA
Manifestación 2/12/23
ADIÓS CONCHA VELASCO
DESDE LA VENTANA...
LA FAMILIA
Sara Mesa, Anagrama, 2022
La división de los capítulos favorece el conocimiento de los personajes, aunque con los saltos temporales tienes que estar muy atenta a las indicaciones vitales de quien los protagoniza.
Después de leer Un amor, creo que me he acostumbrado al estilo austero de contar historias originales pero creíbles, incluso familiares, como esta, también como aquella.
La portada que presenta Anagrama deja de ser enigmática según avanzas páginas en la lectura de la obra. Puede significar varias cosas, todas aludiendo a un espacio particular, singular, por lo que resulta fácil suponer que sus habitantes también lo son. Lo que no se puede ni sospechar es hasta qué punto y en qué cosas lo son. Padre, Madre, dos hijas y dos hijos. No siempre se narran hechos en los que están todos, a veces faltan algunos porque aún no han nacido o no han llegado, otras porque se marcharon y les pasan cosas a ellos solos, pero siempre hay recuerdos, memoria de lo vivido en la familia, con la familia o directamente alusiones al resto de la familia, ya sea en el colegio o en el aeropuerto.
Me gusta cómo describe los cuerpos, al hacerlo transmite cualidades de la personalidad, aunque sean niños pequeños o señoras mayores con gatitos en el abrigo. El resultado son personajes propuestos contra los estereotipos, rompe los moldes de familia convencional siendo convencionales, en algunos aspectos, a su modo, al modo de esta peculiar familia que podría vivir en el piso debajo del tuyo. Lo que cuenta es que se mueven por el tiempo sin pertenecer del todo a ese tiempo, andan un poco desfasados, descontextualizados pero sintiendo, actuando y creyendo que el resto del mundo es el que está equivocado, es el raro, el que se equivoca. Resulta muy entrañable la presencia de Gandhi como escudo y argumento de seguridad, de firmeza en los principios morales buenos, como guía espiritual ante un mundo despiadado y cruel con los más débiles.
También me gusta cómo hace crecer a los miembros de la familia, a cada uno. No todos son igualmente tratados en cuanto a extensión y dedicación, pero de todos se puede decir lo esencial y lo que hace que se relacionen entre sí. La jerarquía patriarcal aparece ridiculizada de manera magistral, llevándose consigo maneras de ser mujer, de ser hombre, de ser hija, hijo, maneras de ser joven y adulto que no consiguen existir por la influencia constante, permanente, de unos principios que, sin ser descabellados, son inapropiados. Qué difícil la coherencia cuando se trata de compatibilizar cosas opuestas.
Por supuesto, en toda novela que tenga por protagonista a la familia hay mentiras, dobleces, disimulos, hipocresía y favoritismos, todo en sus grados precisos y momentos concretos, como en toda familia que se precie en la vida real.
Un ingrediente clave es la precisión lingüística, marca de la casa, lo que provoca que quieras seguir leyéndola hasta la última página sin parar. Un auténtico placer.