lunes, 18 de agosto de 2025

VERDE

 VERDE


El único consuelo es haber disfrutado de la belleza de ver la luz a través de las hojas, haber tenido algo, en lugar de nada. Sarah Bakewell

No me extraña que los árboles hayan sido protagonistas de tantas y tantas historia en nuestra cultura, ya sea popular o intelectual. Los hayedos de los valles de Somiedo, en Asturias, transmiten esa sensación que menciona Bakewell, la belleza de ver la luz a través de las hojas. Es esa luz verde (de Irati, escribí en otra ocasión) o luces verdes que el tejido natural de las hojas permite cuando las traspasa el sol en pleno verano.

Los bosques son tan necesarios para tantas cosas que no le prestamos toda la atención que merecen por saberlo desde siempre, sin embargo debemos tomar conciencia de lo que los necesitamos para vivir bien, para tener algo en lugar de nada.

La luz atravesando las hojas envuelve el espacio y el interior de cada cual que se adentra por las sendas de los montes, esas que están bien caminadas por otras personas que pasaron antes que tú, por otros animales diferentes. A ces surgen dudas ante un cruce de caminos, entonces es la luz verde la que decide por dónde seguir y el paseo no decepciona.

Con la bici, pedaleando en la senda del oso, por Teverga, párate junto al río y observa esa luz verde en el agua cantarina. Es un gran placer.

Cuando veo las imágenes de los incendios en la tele no puede evitar sentir dolor y tristeza por las personas afectadas y el resto de vidas naturales. Pienso en que la luz ya no será verde porque no atravesará ninguna hoja y solo el negro y el gris de las cenizas poblará los bosques y prados. Será la nada, en lugar de algo, lo que quede.

Aunque solo sea por egoísmo, cuidemos la luz verde de los árboles.

EN EL CAFÉ DE LOS EXISTENCIALISTAS

 EN EL CAFÉ DE LOS EXISTENCIALISTAS

Sarah Bakewell, Ariel, 2016


Es como si nuestra visión estuviera formada en el corazón de lo visible, o como si hubiera, entre las cosas y nosotros, una intimidad tan próxima como la que hay entre el mar y la playa.
Merleau-Ponty

Ejercicio filosófico donde los haya, este libro plantea el núcleo duro del existencialismo a través de las vidas y obras de quienes crearon el existencialismo como propuesta filosófica del siglo XX. No puede ser de otro modo más que escribiendo a la vez sobre la vida personal y profesional de cada uno de los autores y de las autoras, a través de las circunstancia espaciotemporales de cada cual, exponiendo su entorno, sus compañías, episodios de la infancia, la adolescencia, los estudios y la universidad.

La autora es toda una experta en rastrear la filosofía auténtica en las vidas de los filósofos y filósofas, lo hace con maestría, selecciona citas de sus obras para mostrar lo que dice, ya sean de las famosas o de las desconocidas, ya que realiza un arduo trabajo de investigación para componer sus libros. Casi siempre combina citas originales con las más conocidas, así hace que queramos seguir leyendo como si aprendiéramos por descubrimiento ya que hay cosas que sabemos a partir de las cuales adquirimos otras que no sabíamos.

Se agradece el rigor y la curiosidad de Sara Bakewell, con ellos y su gusto por la escritura clara, didáctica y personal, consigue que nos enganchemos y disfrutemos de su lectura. No es fácil trabajar como lo hace, imagino la enorme dedicación en tiempo y esfuerzo intelectual que ha debido suponerle porque el contenido hace referencia a muchas personas, a sus contextos, su textos, lo que se ha escrito, filmado, publicado sobre ellos y lo que ella misma extrae con su criterio propio.

Intercala filosofías anteriores al existencialismo que influyeron en los representantes más famosos así como la corriente que le da impulso, la Fenomenología. Es que el siglo XIX y el XX no están separados, hay una continuidad a pesar de las diferencias históricas (económicas, culturales, políticas o geográficas). El flujo de ideas entre siglos también llega al XXI, la crítica a las tecnologías mal usadas y a los totalitarismos es una realidad hoy.

He subrayado muchas expresiones que enseñan quiénes fueron los existencialistas y lo que pensaban, casi todas relacionadas con el lenguaje y el modo de decir y expresar la vida, la preocupación social y el compromiso político. De nuevo, constato que la mayoría de los intelectuales cambia de ideas o al menos las retoca, a lo largo de su existencia porque son permeables a las circunstancias que les rodean y les afectan, es decir, ejercen la filosofía.

Elementos culturales como la pintura, la música, el teatro determinan el modo de estar en el mundo de estas personas. El sexo, el dinero, las amistades, también, como las guerras, el patriarcado y las desigualdades de clase. Tal vez, encontrar tan bien trabados todos estos componentes en las vidas y obras de Sartre, Beauvoir, Camus, Heidegger, Merleau-Ponty, Arendt, Husserl, y algunos más, haya sido la clave para saborear esta maravilla de libro.

La filosofía es fundamentalmente la vida real, vista, analizada y sentida desde miradas diferentes y expresada con tonos distintos, pero es lo que nos ocupa y preocupa a diario. Como homo viator, viajero, el cambio forma parte de nuestra naturaleza, en él tienen lugar la libertad y la obligación, la percepción y la introspección, y especialmente la acción.

He aprendido mucho leyendo este libro por lo que lo recomiendo a todo el mundo, aunque no seas profesora de filosofía, como es mi caso, ni jamás te haya interesado el existencialismo. Es un placer leer a Sarah Bakewell.

viernes, 15 de agosto de 2025

RESPONSABILIDAD

 INCENDIOS

foto:meteored.com

Hablamos de madurez cuando se es responsable, es decir cuando asumimos las consecuencias de nuestros actos, de nuestras palabras y de lo que no hacemos ni decimos. Tomar conciencia de nuestra participación en el mundo que nos rodea, en la vida de los demás y en el presente inmediato.

La madurez se suele dar a la edad adulta, a partir de esos 18 o 20 años que es cuando el cerebro y la experiencia empiezan a aterrizar en la realidad social, cultural y personal de cada cual.

La política como ejercicio responsable exige madurez de quienes la ejercen. Hoy, otra vez, comprobamos cómo no son personas maduras quienes gobiernan culpando a los demás permanentemente de las negligencias propias.

Son muy inmaduros los políticos que no se hacen cargo de sus cargos públicos, que demuestran su enorme inmadurez con los asuntos vitales de la ciudadanía. Esa inmadurez es maldad ya que no parte de la ignorancia sino del egoísmo y abuso de poder.

Cada verano comprobamos cómo las políticas medioambientales han de ser uno de los objetivos de todo el curso político, es más, como sucede con los escolares, hay que preparar el final de curso desde septiembre porque llega junio y los exámenes finales van a estar ahí sí o sí.

La desgraciada inmadurez de los políticos del PP y Vox en los horrorosos incendios actuales debe tener consecuencias inmediatas porque no son menores de edad ni han vivido en Marte hasta ahora. La Justicia tiene que tomar cartas en el asunto y sancionar debidamente a quien desprecia el conocimiento y la experiencia a la hora de gobernar.

Hace décadas que el personal de forestales viene reivindicando más recursos y medios durante todo el año. Las voces de ecologistas y ciudadanas/os anónimos nos hemos unido a sus manifestaciones por las calles de capitales de provincias pidiendo responsabilidad con la naturaleza que nos da la vida. Desde las concejalías de izquierdas exigíamos un 1% forestal refiriéndonos al porcentaje del presupuesto municipal estimado para hacer frente a la limpieza de los montes y al trabajo de todo el año, lo llamábamos empleo verde y podría suponer comenzar, de una vez, con la cultura del cuidado del medio, es decir de nuestro propio cuidado.

No hay excusas, hay responsabilidades personales. Los montes arden y nuestras vidas presentes y futuras con ellos. Urge tomar medidas medioambientales 12 meses al año.

La prevención no es un negocio privado marca PP sino una necesidad urgente, sobre todo dadas las actuales circunstancias de cambio climático y estilo de vida humana.

miércoles, 13 de agosto de 2025

DEMOCRACIA MILITANTE (VIII)

 PERIODISTAS ASESINADOS POR ISRAEL

ANAS AL SHARIF



Chaleco y casco en el cuerpo y cabeza como herramientas imprescindibles en los trabajos de riesgo, riesgo mortal, pero ante las bombas no son suficientes y quienes las tiran lo saben.

Asesinatos deliberados de periodistas como medio para acabar con la población gazatí. Esta práctica inmoral que, al menos, EEUU, Rusia e Israel (y cualquier dictadura) practican ante el conocimiento de todo el mundo sigue saliendo gratis. Las vidas de quienes informan, en plena sociedad de la información (Infocracia, Byung-Chul Han) son una mercancía muy valiosa, tanto que se las rifan los más poderosos, quienes poseen las armas más destructivas y numerosas, quienes tienen más dinero y quieren tener más.

El derecho a la información, básico en un estado democrático, se asesina sin paliativos, ya sea un cámara de televisión española como José Couso o un reportero de la cadena catarí Al Jazeera como Anas al Sharif.

Como la destrucción masiva de Gaza por parte de Israel no admite ninguna justificación y empieza a haber contestaciones en contra desde la propia ciudadanía israelita, Netanyahu tiene que dar un paso más e intensificar los ataques impidiendo que se conozcan sus consecuencias, así que cualquier reportero/a es asesinado/a.

Hace mucho que urge una intervención mundial en este despropósito que es la invasión de Palestina. Los países llamados demócratas y por tanto defensores de los derechos humanos están muy lejos de serlo de verdad, aunque nunca es tarde si consiguen detener este genocidio. Cada día que pasa sin hacer nada, el hambre y las bombas eliminan cualquier resto de vida humana en una región habitada desde tiempo inmemorial.

No hay país, o conjunto de países, que aspire a gobernar en democracia que permita esta masacre por más tiempo. La Unión Europea resulta una marioneta en manos de los delirios imperialistas de EEUU y no toma decisiones por su cuenta para practicar lo que escribe en sus numerosos textos fundacionales como la propia Constitución Europea.

El cinismo, la hipocresía, la mentira institucionalizada se están cobrando demasiadas vidas y están poblando de muerte y miseria demasiados territorios. Son pocos quienes sacan ventaja de las guerras y muchos quienes pierden. Una vez más el abuso de las minorías sobre las mayorías resulta insoportable.

Corremos el riesgo de desaparecer como democracias, o pretensión de democracias, si continuamos con el exterminio palestino y lo sabemos. Pronto puede que dejemos de saberlo al no quedar reporteras/os que nos informen, entonces, ante la más ingenua de las ignorancias la inhumanidad no tendrá límite alguno. Estamos en ello.

 VERDE El único consuelo es haber disfrutado de la belleza de ver la luz a través de las hojas, haber tenido algo, en lugar de nada.  Sarah ...