domingo, 20 de marzo de 2022

LA PEOR PERSONA DEL MUNDO

 LA PEOR PERSONA DEL MUNDO

Joachim Trier, 2021


Ni mucho menos la protagonista es la peor persona del mundo...La hipérbole como reclamo comercial funciona, de hecho hasta que se te olvida el título estás pendiente de qué hará la joven en la siguiente escena, qué sorpresa habrá en el siguiente plano o en el siguiente acto (hay diez, epílogo y prólogo). Pero pronto, escuchando la voz en off, te vas sumergiendo en el mundo de una mujer noruega que entra en la facultad de medicina, sale para entrar en la de psicología, sale para entrar en...y conoce a un hombre del que se enamora.

El guion es interesante, la interpretación también, pero la historia, a ratos, resulta artificial poco creíble, aunque está tan bien hecha que al final te vas de la sala con buen sabor de boca.

La cosa va de los roles que mujeres y hombres seguimos teniendo en nuestra cultura occidental, ya sea Noruega o la Patagonia. Cumplir años significa cumplir roles, pasar al siguiente y después al siguiente. Ella, que ha entrado y salido de distintos lugares dentro de lo convencional para ser mujer actual, se permite seguir rompiendo moldes más allá de los treinta y cambia de pareja. Eso es todo. Cambia de pareja y al hacerlo varias veces es la peor persona del mundo.

Se frivoliza mucho con las libertades conquistadas, con la superación de prejuicios, con la normalización de la igualdad pero cuando la tienes delante, a una mujer que toma decisiones, equivocadas o no, la echamos a la ciénaga de las culpas, de los sufrimientos, de los fracasos, de las personas perdidas sin rumbo y sin futuro conocido.

Para remarcar los giros en la vida de la protagonista, el director se toma lagunas licencias surrealistas que animan un poco al espectador como tocar un interruptor y paralizar todo y a todos excepto a la pareja, aprovecha para mostrar la ciudad, el parque y las vistas sin interrupciones. Hay varias licencias así que te indican que efectivamente estás viendo una película en la que una mujer toma las riendas de su vida, para bien o para mal, y esto requiere alucinar un pelín.

Es curiosa, sin más, lo que me hace pensar que le han dado tantos premios y nominaciones por algo que se me escapa, a no ser que sea precisamente porque todavía cuesta creer que se pueden romper los estereotipos y roles de género, en varias direcciones.

Por supuesto lo mejor es el final, nada decepcionante.


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