SANTUARIOS MARINOS
GREENPEACE nos dice que los "gobiernos de todo el mundo están trabajando en un Tratado Global de los Océanos. Si lo hacen bien, abrirán la puerta a una gran red de santuarios marinos que podrían proteger una tercera parte de los mares del planeta."
Pincha y firma https://youtu.be/s8fpJxPbhFU
Un santuario es un lugar físico, cualquiera, en el que se celebra la vida.
Hoy no es suficiente vivir para celebrar la vida porque vivir significa mal vivir o estar en peligro de extinción. Las asociaciones ecologistas llevan décadas advirtiendo de los riesgos que corremos como especie si no cambiamos nuestro estilo de vida. El calentamiento global va muy rápido, es decir, nosotros vamos muy rápidos contaminando a gran escala, a toda velocidad y en todas partes. Ya hay muchos espacios naturales irrecuperables, muchas especies que no han podido más y muchas nuevas fruto de los desequilibrios provocados en sus medios por nuestra mano y cerebro, esas parte de nuestro cuerpo que nos distinguen de otras especies y que gracias a su desarrollo llamamos hominización.
Buen tándem este de mano-cerebro con el que hemos llegado hasta aquí y seguimos proyectándonos sin límites, como manos, animales técnicos, como cerebro, animales imaginativos, racionales y creativos. Sin embargo, a este paso de auto-contaminación nos vamos a quedar sin manos y con un cerebro de mosquito muy pronto porque, al vivir así, como lo hacemos, destruimos el medio necesario para la vida, cualquier forma de vida incluida la propia.
Las campañas de científicos y científicas de todo el mundo son numerosas. Hoy escribo haciéndome eco de la de Greenpeace en su petición de firmas para que se creen Santuario Marinos. La difusión de sus investigaciones con personas famosas viajando al ártico o al antártico nos muestran, aunque sea en pequeñas dosis, cuál es la situación, la realidad. Una vez que conoces no puedes hacer como si siguieras ignorante, y si lo haces es para hacértelo mirar, me refiero a tus valores éticos, a los más básicos valores sociales del ser humano.
Ya no solo por las ballenas o los corales, que también, sino por nosotras y nosotros mismos.
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