jueves, 4 de febrero de 2021

URBANISMO

 MANTENIMIENTO O BARBARIE


Cuando la experiencia se repite muchas veces la damos por buena, no nos queda más remedio que admitir su realidad, su verdad, aunque solo sea por la repetición tozuda. El abandono de los barrios es un ejemplo perfecto de cómo gana la experiencia a las promesas, a las palabras, en definitiva a lo que acaba siendo mentiras puras y llanamente mentiras.

El Grupo La Paz del barrio conquense de La Paz se cae a trozos literalmente, las escaleras, situadas a las puertas de un colegio y un instituto, enfrente de la Estación de Autobuses en Fermín Cabalero, son un peligro para cualquiera, sobre todo teniendo en cuenta la edad de la población vecinal y la de los niños y niñas que va al colegio más los jóvenes que van al instituto.


Sucede con las basuras y otras residuos. Cuando se acumulan en una zona concreta esta se convierte en vertedero oficial. Aquí es la destrucción lo que llama a la destrucción. El abandono lo que llama al abandono. En cualquier caso, debería llamar a la RESPONSABILIDAD tanto ciudadana como política. Nos corresponde el cuidado y mantenimiento de lo público, a la ciudadanía como usuaria y al Ayuntamiento como autoridad. Pero cuando pasa el tiempo, tanto tiempo, varias legislaturas municipales, la cosa se pone vea...y peligrosa.


Los alrededores de estas escaleras no están mejor. Las baldosas bailan alegremente cuando no han huido directamente de las aceras vegetales, arenosas, encharcadas, estrechas, convivientes con pasos imaginamos que de cebra y con un cableado eléctrico de aquella manera. Los espacios verdes escalonados que acompañan el paisaje podrían ser estupendos jardines u otras cosas útiles a las gentes que habitamos, ya seamos del barrio o ya transeúntes diarios de camino al trabajo, al estudio, al quehacer de la vida conquense.

Un día de estos puedo sufrir un percance si no ando lista...estas escaleras no van al cielo. La nieve y el hielo han contribuido a su deplorable estado pero la mano humana, una vez, vence a las inclemencias climáticas en su virulencia e insistencia.

Las personas que sacan a pasear a sus perros por la zonas son expertas en sortear obstáculos, aprenden de los cuadrúpedos que llevan del collar, solo que al ser bípedos corren más riesgos. Una mañana de esta semana, oía a una mujer mayor gritar a su perrita porque casi la tira al subir estas escaleras. Seguramente las suben todos los días.
Otro día, otra persona más joven ni recogió las cacas de su perro...total estaban en unos escombros que habían sido escaleras.
Hay muchos barrios con necesidades urgentes, así que parece oportuno empezar a atenderlas de una vez. Tal vez podría ser por estas escaleras abandonadas a su suerte desde no me acuerdo ver a ningún operario municipal por ellas jamás, solo veo al barrendero, temprano, con su carro difícil de manejar.

Como teclas de un piano de otro tiempo, encontrado entre los escombros de una ciudad en ruinas, los peldaños de estas "escaleras" muestran cómo se invierten los impuestos municipales en nuestras calles. Son muchos años de dejadez. Ya no es creíble la excusa de las prioridades, cuando se abandona algo no hay excusas, la prioridad es atenderlo inmediatamente. 

La nieve de Filomena nos ha dejado también estas estampas conquenses...¿hasta cuándo?



 

 


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