PATRIMONIO NACIONAL
Las grandes instituciones lo son por su labor, por el tiempo que llevan siéndolo, por su contenido, por los valores que representan, por el prestigio que se han ganado, en definitiva por su utilidad social. En el caso de la institución pública Patrimonio Nacional su importancia procede de todo lo anterior y especialmente por ser Pública, de todos y cada uno de los españoles que, a lo largo de la historia, han contribuido con sus impuestos a mantener los bienes, muy variados, que lo componen, ya sean palacios, espacios naturales o cuadros. En su página web puede encontrarse toda la información referente a su contenido, su historia, sus gestores, sus objetivos y asuntos prácticos como horarios y precios de visitas.
No es por nada, pero a esta humilde española le parecen auténticas joyas todas y cada una de las posesiones, algo de lo que sentirse orgullosa y querer mostrar al mundo, para lo que debemos seguir conservándolo, estudiándolo y divulgándolo.
Esta gran institución depende del Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, hoy a cargo de Carmen Calvo Poyato.
La historia nos dice que buena parte de este Patrimonio se ha conquistado, de una manera o de otra, ha sido usurpado, objeto de caprichos reales, de necesidades políticas, de innumerables vicisitudes no todas morales. Esto nos lo dice la historia.
El presente nos dice que usamos dinero de esta institución, es decir, de los impuestos de todos los españoles, para mantener personal de servicio en Emiratos Árabes Unidos al rey emérito, investigado por fraude a la Hacienda Pública, evasión de impuestos, cobro de comisiones, paraísos fiscales, tarjetas opacas y otros delitos recurrentes relacionados con el dinero. Lo cual significa que esta gran institución, Patrimonio Nacional, está realizando unas funciones nuevas respecto a sus estatutos que deberíamos saber, al menos deberían publicarse en esa página web en la que encontramos toda la información relevante de dicha institución pública.
A la vergüenza de tener un rey corrupto durante décadas tenemos que sumar la mayor vergüenza, si cabe, de mantenerlo en su huida. La cuestión cobra tintes morales y, ahora sí, también legales.
España es un país peculiar, como todos, pero muy particularmente por su monarquía, única en el mundo entero al proceder de una dictadura y mantener un rey, emérito, huido, con dinero público, en un contexto inédito, catastrófico, en medio de la mayor crisis económica y sanitaria, incluso climática en algunas zonas, que se recuerda. Es el colmo de las malas circunstancias, de la adversidad que nos está matando. A veces pienso que es precisamente por este clima de caos total por lo que estamos sabiendo lo referente a Juan Carlos de Borbón, porque en otras circunstancias, digo yo, que saldríamos a la calle o haríamos algo como pueblo humillado y maltratado por la Corona.
¿Qué hemos hecho los españoles para merecer esto?
¿Hasta cuándo vamos a seguir sufriendo los estragos de la inmoralidad legitimada por nuestras propias instituciones?
¿Realmente es necesario mantener a un rey emérito, corrupto, huido a EAU, en nombre de nuestras instituciones?, ¿de cuáles? mientras seguimos así, pagando con euros de nuestros impuestos a una persona, anterior Jefe del Estado, que nos ha robado y mentido durante años, nuestras instituciones judiciales carecen de valor, se corrompen con el caso, se vuelven injustas al igual que se convierten en antidemocráticas las Cortes al permitir este estado de corruptelas en la Casa Real, ni más ni menos.
Ya está bien de tomaduras de pelo, ni somos tontos ni queremos serlo. Basta ya de cinismo e hipocresía. Basta ya de inmoralidades e injusticias encubiertas, barnizadas con tintes imposibles de tapar el hedor a egoísmo partidista, intereses empresariales y privilegios adquiridos.
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