miércoles, 9 de agosto de 2023

OPPENHEIMER

 OPPENHEIMER

C. Nolan, 2023


Como está más que comentada no diré nada de la calidad del elenco, los efectos especiales o la duración, tan solo quiero resaltar lo oportuno que es ir al cine para ver una interpretación artística de un hecho real, no cualquier hecho sino uno que originó un cambio de cosmovisión. La ciencia de finales del siglo XIX y del siglo XX, la física y sus implicaciones técnicas en la política mundial, en las vidas de las personas de a pie.

Con más o menos acierto sobre la personalidad, intimidad y demás factores individuales sobre el científico J. R. Oppenheimer por estar al servicio de la industria cinematográfica actual, la idea que se transmite de él nos sirve para aclarar cómo el contexto de justificación y el de descubrimiento, conceptos filosóficos en metodología de la ciencia, son claves para entender lo que pasa con los hallazgos y los usos de lo que pasa en los laboratorios. Son varias las escenas en las que la teoría y la práctica aparecen separadas y unidas, es especialmente significativo el hecho de que el protagonista lleve su pizarra teórica al lado del laboratorio de pruebas técnico, de que el equipo necesario para cambiar al mundo con descubrimientos científicos esté compuesto por una gran diversidad de especialistas en diferentes materias. Y, lo que más se puede aprovechar de la película sería aproximarse a entender las relaciones necesarias entre el poder político y la sociedad civil, entre la economía mundial, el ejército y las vidas personales. 

No tiene sentido pensar que los actos humanos son neutrales u objetivos a ninguna escala, pero mucho menos a escala política.

El nazismo y el imperialismo fueron los ingredientes necesarios para la carrera armamentística más importante de la historia de Occidente, apareciendo como residual el comunismo, pero como la posibilidad, antes de materializarse en su versión soviética, más deseable por buena parte de intelectuales de todo tipo, incluidos científicos al más alto nivel.

Con temática de espionaje, egocentrismos, secretos y abusos de poder, se plantea uno de los asuntos más transformadores de la humanidad, a saber, el poder tecnológico para destruir el mundo, entero. Poder investigar lo que nadie nunca antes ha podido investigar, extraer aplicaciones bélicas de tales investigaciones y practicarlas. Hiroshima y Nagasaki.

Así que las cuestiones morales están servidas. Solo faltaba que se descubriera el genoma humano para que desde la filosofía se exigieran el Principio de responsabilidad: no se debe hacer todo lo que se puede, hay una serie de condicionantes para usar lo que se sabe en favor de la humanidad porque el fin no justifica los medios.

De nuevo, saber historia ayuda a entender el presente y apuntar hacia un futuro mejor. Insisto en que la película no es todo lo rigurosa que podría ser un documental sobre el tema, pero sí sirve para hacerse preguntas, para cuestionar en qué dirección se avanza, qué se investiga, dónde y para qué. En Los Álamos, Nuevo México, se crea todo un laboratorio secreto para gestar la bomba atómica que el piloto del Enola Gay soltaría en agosto de 1945. La imaginación de los científicos, que es prodigiosa para llegar hasta lugares insospechados, no es capaz de anticipar las consecuencias inhumanas que acarrean los frutos reales de esa imaginación, no supone un freno en todas las mentes extraordinarias que impida usar mal la ciencia, destruir, arrasar, asesinar.

Hay una parte de arrepentimiento tardío, una movilización de parte de los científicos pacifistas, una pregunta sobre los escrúpulos a propósito de la bomba de hidrógeno que no se tuvieron con la de uranio, sobre 1949 y no sobre 1945, aunque el actor habla de saber lo que pasa cuando se lanza la bomba para impedir los proyectos científicos últimos. Algo que era perfectamente imaginable. Hay teorías que no necesitan ser practicadas para saber qué pasaría si se usaran.

Se quiere mostrar, como casi siempre, una dualidad humana irreconciliable, en este caso los avances científicos y la ética, por lo que aparecen buenos y malos. Esto es lo peor de la película, a estas alturas ya sabemos que las cosas no son blancas o negras.

En cualquier caso es recomendable ver este verano algo de "historia" de la ciencia, métodos, mitos, falacias y contextos, porque es la historia, nuestra historia. Probablemente use algunas escenas en clase el próximo curso, cuando explique precisamente Antropología, Ética, Política y Filosofía de la ciencia, prácticamente el programa de 1º de Bachillerato.


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