miércoles, 30 de agosto de 2023

VALLE DE RONCAL

 DESDE ISABA...


Larra-Belagua


Desde Pikatúa

Los valles del Pirineo Navarro están sufriendo la sequía como el resto del país, pero algo nevó en el invierno y los helechos se resisten a marchitarse aunque sea agosto, su elasticidad y verdor siguen intactos, aunque no sé por cuánto tiempo...los torrentes ya no tienen agua y la luz verde de Irati ya no es tan verde, falta musgo cubretodo que tapice los troncos de las hayas y las piedras del camino. Falta agua y se nota hasta en las cascadas más clásicas como la de Arrako.

También ha llegado hasta allí una ola de calor de 40 grados. Resulta insoportable en lugares tan ajenos a temperaturas altas, el daño que hace aunque sea breve es total, en el aire, en la tierra, en los animales, en las plantas y en las personas, nada sale indemne del calor infernal. Sin embargo, a pesar de todo, las noches tórridas han sido pocas y una de ellas que decía adiós a la indeseable ola de calor tuvimos la oportunidad de observar el cielo con los astrofísicos del planetario de Pamplona, en la Estación Larra-Belagua, justo donde llegará la Vuelta Ciclista en unos días.

Hasta que se puso la luna tras las montañas, un grupo del valle tocó muy bien versiones musicales conocidas por la mayoría, recuerdo cariñosamente Fisherman´s blues de Waterboys mientras esperaba en la cola del pintxopote. Luego la clase de astronomía en vivo y en directo, con sus explicaciones científicas y mitológicas para, al fin, mirar por los telescopios y ver Saturno o Albiero (constelación del cisne) que son dos estrellas. Fue tan didáctico el científico que las noches posteriores nos quedábamos mirando al cielo y citábamos los nombres de las estrellas que veíamos, por aquí Arturo, por allí Deneb, Antaír, la Polar, Vega luminosa y numerosas constelaciones como Casiopea sobre Perseo, la Tetera (Sagitario) evaporando la Vía Láctea...un gustazo saber y ver en compañía, así el recuerdo es mayor y el disfrute por reconocer lo aprendido más grande.

Cumbres y valles, verdes y ocres, Francia y España, picos y llanos...maravilla para los sentidos y la razón. Ojalá tomemos conciencia del cambio climático de una vez y nuestro comportamiento sea consecuente cuanto antes.


Senda de los sentidos, Mata La Haya


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