¿POR QUE LAS CEBRAS NO TIENEN ÚLCERA?
La guía del estrés
Robert M. Apolsky, Alianza Editorial, 2021
Gracias Álvaro, por recomendarme este libro.
Prólogo, 18 capítulos, notas y un índice analítico...demasiado gordo para llevármelo ala playa, así que lo he acabado antes y aprovecharé las vacaciones para poner en práctica algunas de las ideas que contiene, especialmente la de que las circunstancias son las que mandan siempre porque la personalidad, la biología, los conocimientos, el contexto, todos los factores determinantes de nuestro nivel de estrés cambian en función de las circunstancias concretas, las que se viven en cada ocasión.
Como el autor es científico hay vocabulario técnico (unas cuantas ilustraciones y fotografías) y multitud de ejemplos de experimentos con animales, ratas y primates no humanos mayoritariamente. También teorías y propuestas que se han ido descartando aunque hayan gozado de credibilidad durante un tiempo en la ciencia, así de paso nos enseña los métodos científicos, contrastaciones, validaciones y casos que sostienen las afirmaciones que maneja la medicina, la psiquiatría y la psicología. Pero lo que más me ha llamado la atención ha sido su escepticismo permanente en cada una de las cuestiones que explica. Nada es del todo de una manera en nadie. La excepciones son prácticamente la norma. Defiende la ciencia y la moral que conlleva, el debate, la argumentación, la demostración, los casos y la estadística, pero sobre todo la investigación que no deja de interrogar posibilidades.
Desde la primera página deja clara cómo ha evolucionado el modo de concebir las enfermedades, incluye sesgos de género como ejemplos que distorsionan la propia investigación y no conducen a nada verdadero, más bien alimentan prejuicios y sexismos culturales. Otro ejemplo es el maltrato a los animales en laboratorios y zoológicos. La evolución de las maneras en que se investiga son clave para entender el resultado y su duración. El contexto de la persona que padece la enfermedad es lo que sirve para el tratamiento, y es muy amplio, caben muchos factores desde la genética hasta el nivel socioeconómico.
No tarda en aparecer la relación entre biología y emociones. "Un agente estresante es cualquier cosa del mundo exterior que rompa el equilibrio homeostático del cuerpo, y la respuesta de estrés es el intento por parte del organismo de restablecer la homeostasis" (pág.27), a veces anticipamos, pensamos, y así nos estresamos. Durante el estrés se modifica nuestras habilidades cognitivas y sensoriales. No todos los agentes estresantes producen las mismas respuestas de estrés.
Una vez que se acepta que hay una estrecha relación entre el sistema nervioso y el inmunitario las explicaciones empiezan a aclarar muchos casos y a suscitar muchos interrogantes, en relación a la edad, al sexo, a las condiciones de vida, la genética, la educación, la enfermedad, la información, la personalidad, el apoyo social o la economía, "la mayoría de las cosas que nos ponen nerviosos son aprendidas" (pág.368)
"Al hacer ciencia hay que tener mucho cuidado y estar muy seguro antes de afirmar que algo constituye la norma, porque en ese mismo momento, se vuelve extremadamente difícil poder examinar de forma objetiva una excepción a la supuesta norma" (pág.221)
Desmitifica lugares comunes sobre el dolor (unas veces útil y otras inútil), las relaciones sociales (saludables o estresantes), la depresión (enfermedad profundamente destructiva), las drogas y adiciones, el sueño, el temperamento, el envejecimiento o la memoria. Le dedica un capítulo entero al estrés psicológico, en él explica bien la importancia que tiene la capacidad de predicción, el apoyo social, la salida a las frustraciones, creer que se tiene control. No es solo la realidad sino el significado que se le da, por ejemplo la falta de control, la sorpresa, puede liberar dopamina y producir placer o causar estrés psicológico. "Ninguna enfermedad, incluso la más reductora, se puede llegar a comprender sin considerar a la persona que está enferma" (pág. 404) por lo que el contexto personal y social, los roles y rangos que ocupamos, son la clave del conocimiento y de las terapias. Antes de pasar a las conclusiones finales, aborda la pobreza como elemento estresante de nuestra sociedad contemporánea y cómo ser una sociedad igualitaria mejora la calidad de vida por lo que es fundamental una buena política en servicios públicos de acceso a toda la ciudadanía.
Deja muy claro que "somos animales maleables" (pág. 451) tanto fisiológico como psicológicamente. Hacer ejercicio, meditar, tener el control, ser capaz de previsión y contar con apoyo social, son estrategias que funcionan en general, pero todos los cambios empiezan con la toma de decisión personal.
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