Empezaba, esta mañana Millás, informando de la tragedia que supone que haya desaparecido el quiosco en la estación de Chamartín. Resulta difícil vivir sin la prensa y sin revistas porque la realidad a palo seco es insufrible y ha puesto como ejemplo lo que oyó decir a una persona inmigrante que es más fácil que le den papeles a un perro que a él. Para digerir tal realidad, el escritor imaginaba que el inmigrante trabajaba en una clínica veterinaria, le concedían papeles de perro y pasados unos años podría canjearlos por los de persona. Pero, el programa de radio ha desviado el tema para aterrizar en otra irrealidad que nos enseña sobre la realidad. Ya sabemos la maestría de Millás para jugar con la ficción...
El caso es que Icíar Bollaín está rodando una película sobre el acoso y derribo a la concejala del PP, en Ponferrada, Nevenka Fernández hace veinte años, un caso sobre el que investigó y publicó Juanjo en Aguilar, 2004 y que en la página 19 ya decía "Uno de los problemas de las víctimas de acoso es que se sienten culpables en lugar de víctima", anunciando desde el principio el error de confundir la realidad, de tener que ir contra ella.
Estoy deseando que se estrene la película. En España se habla poco del acoso sexual en el trabajo y existe mucho desde hace mucho tiempo. Normalizarlo sigue siendo el gran obstáculo para empezar a vencerlo, tanto es así que algunas escenas se están grabando en otras localidades porque el Ayuntamiento de Ponferrada no ha concedido los permisos necesarios.
Parece que necesitamos ficción para poder ir llevando la realidad y, sin embargo, necesitamos que esta se nos ficcione para poder transformarla cuando nos sienta mal. Ojalá la película sirva para que se vea y oiga la realidad sin tapujos, para que nos cueste menos enfrentarla y poder cambiarla cuando sea necesario, desde luego que cuando se acosa es necesario reaccionar. "Cualquier trabajadora que haya defendido su integridad frente a un jefe es considerada entre nosotros una mujer conflictiva" (pág. 41), hoy esa mujer es incluso insultada con términos morales y básicos para la convivencia entre iguales como feminista desde ideologías retorcidas que ciertos partidos políticos predican cada vez que abren la boca delante de un micrófono. Negacionistas, egoístas, usureros, mentirosos y más que nos obligan a ir contra la realidad.
Veinte años, toda una vida, son demasiados para cualquier cosa, podrían ser suficientes si aprendemos la lección: el acoso sexual es un delito. Esto se puede decir en muchos idiomas y en todos significa lo mismo, tal vez el lenguaje del cine nos ayude a entenderlo mejor. Ni derechas ni izquierdas estuvieron a la altura, a ver qué pasa con la película, a ver qué pasa con la realidad.
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