jueves, 3 de marzo de 2022

EL REY, LA ÉTICA Y LA JUSTICIA

 CUANDO NADIE TE VE... JUAN CARLOS



Resulta complicado explicar y hacer entender al alumnado de la ESO, hasta 15 años, que nuestro comportamiento, por ser animales morales, ha de ser lo más bueno siempre, incluso cuando nadie nos ve, porque la repetición de nuestros actos crea costumbre y tendencia precisamente en nuestro comportamiento, así que si hacemos el mal una vez y no pasa nada, corremos el riesgo de hacerlo más veces hasta adquirir vicios que, por ser malos comportamientos, afectan a la vida de los demás en sentido negativo. Las consecuencias de nuestros actos son nuestra responsabilidad, esto es uno de los argumentos más poderosos para mantener que no debemos hacer el mal.

La mayoría de los adultos lo sabe, de hecho, en la educación no obligatoria siguiente a la obligatoria, es decir, la que empieza a los 16 años en el bachillerato o la FP, ya no se da la materia de Valores Éticos porque la persona que empezamos a ser a partir de entonces tiene asumida cierta normas sociales que conviene seguir para vivir en paz, bien. Una de ellas es hacerse cargo de los actos propios, especialmente de aquellos que hacemos por propia voluntad, sin estar obligados a ellos. La libertad y la responsabilidad van de la mano, es la primera clase de ética básica, lo que nos diferencia del resto de animales, lo que nos confiere especificidad como especie.

Muchas veces, para actualizar los contenidos de las materias educativas recurrimos a la prensa, porque las noticias suelen destacar hechos relevantes de nuestro presente. En estos días es noticia que el rey emérito deja de ser investigado porque las leyes españolas no pueden hacer nada respecto a su mal comportamiento reiterado durante décadas como rey de España. Una buena parte de su mala conducta la hizo cuando nadie le veía, mejor dicho, cuando no se le podía juzgar por ocupar el puesto que ocupaba, concedido por el dictador Franco, ya que la Constitución dice que no se le puede hacer nada se comporte como se comporte. Otras  malas conductas las realizó hace tiempo, el suficiente como para que la justicia española entienda que hace mucho y ya no merece la pena juzgarle.

Será difícil mantener en clase que hay que comportarse bien siempre, incluso cuando nadie te ve o cuando no te pueden juzgar, que viene a ser lo  mismo, ya que el alumnado podrá citar el caso del rey emérito español como ejemplo en contra. Este hombre, que ha hecho cosas malas para su país estando reinando, no será juzgado por ellas, ni siquiera será castigado socialmente, esa otra manera de hacer justicia que tiene la costumbre popular en todas partes, porque resulta que, en contra de toda lógica, la sociedad española perdona a los ladrones, justifica los robos, incluso imita a quienes delinquen, si son famosos o poderosos afines a la religión católica, el franquismo o grandes empresarios.

La ÉTICA sale mal parada, una vez más, en esta realidad que construimos al margen de la ley. Hay una vida, en la que nos movemos la mayoría de los mortales, con leyes que castigan los comportamientos injustos por perjudicar a los demás, y otra paralela en la que habitan seres que actúan como si nadie les viera y no les pasa nada.

Tendré que buscar en el cine, en las novelas o en cualquier otra manifestación artística, donde la ficción sea normal, para explicar a adolescentes, adultos en breve, que quien la hace la paga, que los buenos pueden ganar, que la justicia tiene sentido...a ver si cuela!!

 

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