sábado, 5 de marzo de 2022

GUERRA

 DISYUNCIÓN Y/O CONJUNCIÓN



En los dilemas hay que elegir entre varias opciones que acaban siendo dos opuestas entre sí. Se sopesan las consecuencias, los riesgos, los plazos, servir de ejemplo y se decide.

En cuanto a si las sanciones económicas son suficientes o son más eficaces las armas, se estiman los plazos y efectos inmediatos. Las sanciones no son eficaces a corto plazo, Rusia sigue matando. Las armas defienden algunas vidas inmediatamente. 

Si la pobreza económica se tolera en las clases bajas y media los plazos serán muy largos para tener efectos reales, pero si los bloqueos bancarios son insoportables para las clases ricas entonces la guerra puede acabar en breve. Lo primero ya se ha comprobado en muchas ocasiones y en muchos lugares del mundo. Lo segundo está por ver. Y esto es lo que empuja al argumento de llevar armas, la posibilidad de aguante de los poderosos a pesar de las sanciones económicas.

En las guerras el factor tiempo es clave. Como lo es también el clima y el ánimo.

¿Cuánto tiempo aguantarán los ucranianos, muy ricos en ánimo pero muy pobres en armas? ¿cuánto tiempo seguirán asediando los rusos muy ricos en armas pero pobres en ánimo? y ¿cuánto tiempo soportará Europa y EEUU enviando ayuda humanitaria, armas, asistiendo desde la televisión a una guerra en directo en la puerta de sus casas? 

La gran baza son los recursos energéticos. Estos son imprescindibles para rusos, ucranianos, europeos, asiáticos y americanos. ¿Cuánto tiempo se podrá resistir con las reservas, con los altísimos precios, con la incertidumbre e inseguridad empresarial y ciudadana?

A veces hay que resolver el dilema eliminándolo. No hay disyunción sino conjunción, pero ¿a costa de qué? Sería un buen momento para demostrar que sí se puede, sí se puede asfixiar a los malos y ayudar a los buenos. Los bloques están hechos y ocupados desde hay muchos tiempo. En un lado están los abusadores y explotadores capitalistas, violadores de todos los derechos humanos. En el otro los demás. Si Occidente está en este último debe mover ficha en favor de la paz, evitando el mal mayor cuanto antes. Entonces habrá empezado una nueva era en la que los malos pierden.

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