FALTA GRAVE

 NO HAY ABUSO DE AUTORIDAD SEGÚN EL TAD

Tribunal Administrativo del Deporte

Está claro que la cultura española, las ideas y comportamientos sociales, no tiene la suficiente sensibilidad e inteligencia para practicar los valores del deporte que, entre otros incluye el de la IGUALDAD (del RESPETO ya ni hablamos).

El Tribunal competente ve faltas contra el decoro en el comportamiento de Rubiales pero no abuso de autoridad. Esta es la clave, quién establece qué límites son los establecidos sobre el adecuado comportamiento dadas unas circunstancias concretas, o sea el decoro, como tocarse los genitales, supongo, hablar de huevos para referirse al entrenador, pero ¿besar a una jugadora también es cuestión de decoro?

Por favor, tal vez haya que acudir al diccionario... Me temo que la semántica, en estos casos, solo sirve de maquillaje (como en la película ¿por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo? de M. Gómez Pereira del año 1993) ya que más parece este Tribunal de cualquier cosa menos de lo que parece que se entiende hoy por Deporte y sus valores para mejorar la vida social, tanto individual como socialmente.

Hablar de decoro en este caso que esta dando la vuelta al mundo como ejemplo inequívoco de machismo resulta insultante, incluso en un país que tiene tantas y tantas sentencias torticeras e incomprensibles sobre manadas de hombres que violan a mujeres, jueces que cuestionan los testimonios de abusadas y maltratadas, policías que intimidan a mujeres que quieren denunciar a sus parejas o presidentes administrativos que besan y soban a jugadoras deportistas.

Así que hay que llamar decoroso a quien no te viola, ni te pega, ni te insulta, ni te agrede de alguna manera, a quien no te besa sin tu consentimiento, a ese le llamaremos a partir de ahora decoroso.

Es tan vergonzoso que hasta el Consejo Superior de Deporte le ha pedido a este Tribunal que haga algo más tras conocer el fallo.

Sorprendió por la soberbia el acusado pero el Tribunal lo más aún. Cuánto machismo nos sobra en este país, especialmente entre quienes mandan. Muy lamentable y un precedente intolerable lo que acaba de suceder en el ámbito deportivo, y por extensión cultural, de nuestra querida España del siglo XXI.