PELIGROSA MANERA DE DEFENDER ESPAÑA
¿Cómo se llama ese tipo de persona que, por amor propio, mantiene a un país sumido en la parálisis política, con la que está cayendo? desde luego nunca podría ser un amante de su país, un defensor de su país, alguien que se preocupe por el día a día de la ciudadanía de su país, alguien que tenga en cuenta las necesidades cruciales de la gente. No puede ser más que una persona que quiere protagonismo por si acaso nunca más obtiene un minuto de atención mediática, como el niño pequeño mimado que llama permanentemente la atención de sus mayores porque le resulta placentero estar en brazos, acunado, lisonjeado, mientras le cuentan cuentos en los que él es el jefe de todo, el rey y el príncipe, el héroe y el absoluto vencedor de todas las guerras imaginables, en cualquiera de los mundos imaginables.
La democracia española ya ha pasado su infancia, no vale que nos devuelvan una y otra vez a la casilla de salida, los complejos de la niñez se han de superar con el crecimiento y si no se consigue hay que ir al especialista y nunca obligar a los demás a vivir una realidad impropia solo propia de quien está lleno de complejos sin resolver. No, si el PP tiene problemas de identidad o su líder porque no quieren decir lo que son pero pactan con los suyos, siempre que pueden, que se lo haga mirar y nos dejen en paz al resto.
Al fin ha llegado el último tiempo posible. Agotados los plazos, queda agotado el pueblo, harto de tanta estupidez y tomadura de pelo, de tanto teatrillo de mal gusto, de tanta exhibición de matonismo y chulería, harto de tanto mal uso de la democracia, de las leyes y de la normas institucionales.
Solo deseo que lo que venga se pueda realizar en menos tiempo, que se pongan a trabajar cuanto antes en lo importante una vez que se cumpla la Constitución de verdad y sea presidente quien salga elegido en el Congreso. Pasar por algo parecido al feijooismo no nos lo merecemos.
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