LUIS LANDERO
La celebración de la Feria del Libro en Cuenca ayer nos invitó al encuentro con Luis Landero, en la Biblioteca municipal Aguirre, con quien pudimos charlar de sus novelas, del lenguaje castellano, del pesimismo de la vida, de la mejor novela del mundo, de las migraciones rurales o de la enseñanza.
Me llamó la atención oírle decir que el personaje protagonista de su última novela, Tito Gil, existe, que es su amigo, que viajaron juntos con una gira de espectáculo flamenco. Para mi, según leía la obra, me parecía inverosímil, solo creíble en el contexto de la narrativa de Landero, aunque la protagonista, Paula, suponía un gran toque de realismo para compensar. Sin embargo, ayer, Landero dijo que Paula no existe, que sabe de muchas paulitas en la vida real y que con ese conocimiento compuso al personaje. Así que lo que parece mentira es verdad y la verdad se construye a partir de muchos trazos diferentes.
La moralidad que encierra la palabra mentira fue un conato de exposición, breve, pero suficiente para hacernos pensar sobre la necesidad que tenemos los humanos de fantasear, de creer en las cosas más improbables o sencillamente imposibles, lo dijo mientras se confesaba no creyente y aludiendo al papel de los mitos en las culturas.
Hoy no se habla bien, en general, en la calle y en las casas, por esto tampoco se escribe muy bien, porque la buena escritura recoge las palabras del mundo real y las junta para formar narraciones, poemas o teatro. Hoy, hablamos mal y se nota en la calidad de nuestros libros. Así lo expuso, usando un vocabulario extraordinariamente sencillo y preciso.
Finalmente, al acabar el encuentro, se fue a la caseta institucional de la Feria en la Plaza de España a firmar ejemplares y allí charlaba tranquilamente con cada persona que le llevábamos nuestros ejemplares, y agradecido, nos daba la mano, manchada de tinta, que representa, quiero pensarlo así, su trabajo. Todo un placer, un regalo, de quienes realizan estos encuentros de literatura que espero se repita.
