ACOSO MACHISTA EN PLENA CALLE
Me encantaría decir que el telediario exagera cuando, de vez en cuando y porque se hace viral, informa sobre las violencias machistas diarias. Sin embargo no es así, de hecho, informa demasiado poco sobre violencia de género, sobre los abusos que las mujeres recibidos cotidianamente, algunos llamados micromachismo. Son muchas las circunstancias en la vida de una chica, joven o adulta que un chico, joven o adulto la insulta, desprecia, veja, intimida, en definitiva la violenta que la duración del teleDIARIO se quedaría corta.
En esta ocasión, una mujer hace deporte, corre, por la calle o el parque, a las 11 de la mañana y un hombre le hace gestos obscenos, le sigue...
Un joven que corre por la calle o el parque no siente que le siguen, le hacen gestos obscenos, nadie le acosa por su cuerpo hasta intimidarlo, causarle nerviosismo de inseguridad y condicionarlo a que no vuelva a salir por esa zona o solo.
¿Por qué siguen existiendo estas diferencias? Parece que nadie ha enseñado a respetar a las personas que corren por la calle o los parques, vayan solas o acompañadas, sea una hora u otra. Falta educación en valores éticos, sobre todo a la población joven, esa que en su casa no ha recibido el más mínimo valor de respeto hacia las mujeres, esa juventud en la que el machismo ha sido el pan nuestro de cada día desde que nació, que nadie les ha hecho ver que no está bien acosar, intimidar, asustar, que todas esas conductas son violaciones y faltas de respeto. Si se salen con la suya, la sociedad seguirá enferma y nunca llegaremos a ocupar los espacios en igualdad de oportunidades, así sean las calles o los parques.
Tenemos que caminar o correr tranquilamente por los espacios públicos, a la hora que sea, sea cual sea nuestro cuerpo. ¿Con qué derecho me miran, me insinúan, me insultan, me agreden?, ¿en qué queda mi deseo de salir a correr, mis ganas, mi libertad de hacer deporte al aire libre?
De nuevo se instala la psicosis en la mente de las mujeres que practican running, de nuevo deben buscar compañía para correr, llevar el móvil en una mano y las llaves en la otra. Deben concentrarse en cada ruido y sombra que escuchan y ven por si acaso. Es terrible la inseguridad que experiencias como la de esta mujer murciana genera en la cabeza de las mujeres, desesperante, se siente impotencia, rabia, indignación y hasta asco de sociedad machista. Sin embargo ha sido muy valioso su testimonio para que se hable del machismo que recorre nuestro presente, en todas partes. Todavía no somos iguales.
Desde aquí hago un llamamiento a todas las personas para que se conciencien sobre lo que significa respeto, igualdad, ciudadanía, así que deben actuar en consecuencia y no intimidar a nadie que vaya corriendo, además deben denunciar cualquier atisbo de falta de respeto a quienes corren.
BASTA YA DE VIOLENCIA DE GÉNERO
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