sábado, 3 de agosto de 2024

LA MALA COSTUMBRE

 LA MALA COSTUMBRE

Alana S. Portero, Seix Barral, 2023


Como está escrita en primera persona resulta fácil asociar a la autora con la protagonista. En cualquier caso lo que seguro que resulta es un relato personal, entrañable, duro y extremo como solo puede serlo vivir en una sociedad en la que no existe lugar para ser.

Describe perfectamente la vida de los barrios obreros españoles de los 80 y 90 del siglo pasado, los prejuicios y comportamientos que se transmitían y se enraizaban sin fallos, definitivamente, para mantenerse desde la infancia hasta la muerte. Solo la bondad de algunas personas abre una grieta en el cerrado ambiente que todo lo envuelve, la casa, el colegio, el vecindario, porque el sistema económico y social de la época trae consigo drogas, enfermedades, violencias y frustraciones que crean injusticias a todos los niveles. Siempre tenemos que crear a alguien por debajo de nosotros para ensañarnos con él, así que las minorías son los otros inferiores contra quienes descargar todo lo peor que tenemos.

Alona mezcla bien la importancia de la conciencia social y ser una persona trans porque las circunstancias en las que vive el personaje principal, nivel socioeconómico y zona urbana, determinan las posibilidades y modos de ser lo que es.

Escribe situaciones que mucha gente puede sentir como propias, experiencias fácilmente reconocibles, expresiones orales, músicas a modo de bandas sonoras vitales, literatura mitológica y otros elementos culturales con los que identificarse desde la primera línea. Además intervienen personajes secundarios poco frecuentes pero probables en las calles y los barrios, en los pueblos y ciudades, temidos, marginados, unos evitados y otros familiares. Casi siempre mujeres.

Los episodios de violencia, física y psicológica, son visibles y audibles por lo que resultan insoportables, de contener la respiración y desear que acabe el capítulo cuanto antes. Usa un vocabulario escogido con el que presenciar lo que escribe y así consigue que quien lo lea sienta directamente, inequívocamente lo que cuenta y así se logre la complicidad con la trama.

A veces parece una radiografía mental y social de España, justo la anterior de la que tenemos y hacemos hoy mismo, de ese ayer necesario para ser ahora. Lo radiografiado es cruel y muy injusto, aunque también es dulce y humanitario a veces, conmueve las relaciones familiares de la protagonista, cada uno de los componentes, madre, padre y hermano, así como los cuidados y atenciones entre sus modelos y amigas que son mitad tristes mitad inmorales.

Se lee con agilidad porque está muy bien escrito y contiene cierto grado de esperanza para tantas personas que tienen que buscarse en su interior porque fuera no tienen referentes asequibles a su edad, a su economía o lugar de residencia, personas que van al colegio, al instituto, a la universidad, que trabajan en el super, en correos, en el banco, que pasean por el parque y te las cruzas en la calle, en lo bares o en la sala de espera del centro de salud. A todas ellas y a todas las que no son ellas podría dirigirse la autora en esta buena novela.

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