TODO POR LA PASTA

TODO POR LA PASTA

...podría ser cualquier bandera...

Hay que tener muy poco respeto por las normas y reglas sociales para urdir tramas que las violen tanto y tantas veces. Hay que despreciar mucho las leyes para saltárselas con tanta alegría una y otra vez, caiga quien caiga, así arrastre a las instituciones mismas que componen el marco constitucional del país. Hay que bastante retorcido/a para usar cualquier medio con tal de conseguir cualquier fin en provecho propio.

Los medios de comunicación ya venían siendo utilizados ideológicamente desde sus inicios pero se hacían contrapeso unos a otros dentro de uno límites periodísticos, éticos, profesionales. Hoy, a penas la prensa independiente cumple con el básico y fundamental código deontológico del periodismo, y un puñado pequeño, de periodistas que se mueven, como y cuando pueden, en televisión y radio.

La judicatura expone sin rubor su parcialidad una y otra vez, ya sea del lado del machismo, del franquismo, del empresariado o de la monarquía.

Las redes sociales escupen odio por todos sus puros sin control alguno, inundando las cabezas de jóvenes y menores que, sin argumentos racionales, lo difunden y promueven a diestro y siniestro.

Las instituciones internacionales perdieron el norte hace décadas y su inutilidad supone pérdida de dinero, y lo más grave, pérdida de confianza y de valores éticos.

Sin embargo hay personas que estudian, investigan, saben y exponen sus conocimientos para que al aplicarlos podamos vivir mejor. Estas no suelen salir en esos medios de masas sesgados, ni forman parte de los partidos corruptos, ni son fuente jurídica de la judicatura para realizar sentencias y sus redes sociales son usadas por los odiadores hasta amenazarles de muerte.

Es el mundo al revés, o sea, todo por la pasta inmediata y la apariencia de éxito.

Sería deseable que el dinero sirviera para tener una buena sanidad y educación. Esta necesidad básica ¿para cuándo? Aunque puestos a priorizar por necesidades la VIVIENDA lo es más que las demás. En esta necesidad humana se ve bien cómo el dinero de los ricos, nacionales y extranjeros, domina y predomina cualquier paso en cualquier dirección y desde cualquier colectivo con poder.

Así que tendremos pobreza para rato si seguimos sin poder confiar en la política, en los tribunales, en las comunicaciones, en los negocios, en definitiva en el cumplimiento de la norma.

Hace décadas que Izquierda Unida propuso un pacto político para que quien incumpliera el programa electoral dejara su escaño. Era un código ético en el que se asumían responsabilidades, qué cosas.