miércoles, 17 de marzo de 2021

ANIMACIÓN

 JOSEP

Aurel, 2020


Ganadora del César de Animación 2020, cuenta parte de nuestra historia a través del dibujo de un exiliado en los campos de concentración franceses. El dibujante sirve de hilo conductor para mostrar, trazo a trazo, el horror, la injusticia e inhumanidad con que recibían a los republicanos y anarquistas en Francia en 1939.

La banda sonora es extraordinaria. Canta Silvia Pérez Cruz, arregla algunos temas, poemas de Miguel Hernández entre otros, y da voz a Frida Kahlo, personaje secundario  con un mensaje muy potente.

Me gusta especialmente que sea el protagonistas quien cuente, sin saberlo bien, a su nieto su experiencia, la que le cambió la vida, la que le abrió los ojos y el el entendimiento. Contar historias reales siempre es una tarea necesaria porque a través del conocimiento se pueden mejorar las cosas, evitar los errores y enseñar lo importante que es tomar partido por la paz, la justicia, la humanidad. Me gusta porque es el nieto, tiempo después del tiempo en que empieza la historia, quien resuelve la trama. Otra vida, que es la misma porque supone continuidad, da sentido a la del protagonista.

Los dibujos son primero fijos, cuadros, pero tras sucederse unos a otros cobran movimiento, el mínimo para guiar nuestra atención y mostrar el transcurso, el paso del tiempo que tiene lugar en distintos espacios perfectamente diferenciados. Los dibujos finales, guardando similitudes con los primeros son ya más reales, con colores y movimientos reales. 

Cada vez sabemos más. Hace unos día Macron daba las gracias precisamente a estas personas, exiliados y exiliadas españoles, que les ayudaron a combatir el fascismo y llegar a ser lo que son hoy. Justo cuando Ayuso decía que ser fascista es estar en el lado bueno de a historia. Solo espero que si hubiera una próxima vez, el gobierno y gerdánmenes franceses sean mejores que los del 39 porque Franco ya tiene una digna sucesora en Madrid.

Entre tanto la Memoria sigue siendo pobre en España, me temo que igual que la Justicia. Eso sí, el arte está a la altura del mejor del mundo.

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