YOLANDA
Ministra de Trabajo del Gobierno de España
Contra viento y marea, pisando firme, sin prisas pero sin pausas, se va abriendo camino esta mujer, abogada, sindicalista, afiliada al PCE, con voz dulce y sosegada cargada de cifras y decretos como argumentos principales, conocedora de la realidad porque su vida es real y sensible a las injusticias del día a día. Mujer con convicciones dispuesta a escuchar, a dialogar, a consensuar en favor de una vida digna para la ciudadanía española que peor está y así conseguir unos niveles de bienestar aceptables para la mayoría.
Es una ministra que sabe cuánto cuesta un café porque sabe lo que cobran las Kellys al hacer una habitación de hotel y una pensionista por viudedad, sabe qué significa precariedad y brecha salarial, sabe qué significa abusos y recortes, sabe y demuestra que sabe.
Anoche pudimos verla en una entrevista en la tele, con normalidad, no culta su nerviosismo en los medios, humana, cercana, priorizando los hechos a las palabras, exigente con las afirmaciones y negaciones ante preguntas reiteradas que buscan titulares ruidosos y son obstáculos para el funcionamiento de la política con calma y sosiego. Tuvo que decir "eso no es correcto, no hay problema de gasto público, lo hay de ingresos"
Lo primero es antes, acabar con la temporalidad insoportable que impide una vida normal a las personas que trabajan hoy en nuestro país y que tiene una causa y origen en el Ley Laboral del PP.
Hasta ahora, tenemos conocimiento de ella por lo que ha hecho y por los argumentos, en cifras contrastables, en el Congreso. Con este currículo practica la cultura del acuerdo, del consenso, previo diálogo en igualdad y respeto y, como le da resultados positivos, pretende seguir con esta dinámica ¿quién quiere cambiar lo que sale bien? su propuesta es un DIÁLOGO SOCIAL, ahí es nada, cambiar la cultura política española que no funciona por la que puede sentarnos mejor a la mayoría.
La cultura del diálogo y el acuerdo, de las coaliciones, de la escucha y la palabra. Decía Antonio Maíllo que "vivimos en la cultura del no acuerdo y habría que cambiarla por la de prestigiar el acuerdo". Parece que desde el sur se piensa lo mismo que desde el norte en la izquierda española. Ojalá este pensamiento pueda recorrer los pasillos institucionales para tomar asiento en las mesas donde se toman decisiones que nos afectan a todas las personas en nuestro día a día.
Siglo XX cambalache que diría el tango tantas veces versionado y oportuno se ha convertido en siglo XXI inmoral e inhumano por tantas emergencias sociales que se hace urgente cambiar de paradigma político para acertar o al menos para acercarse a la solución lo más posible. Cualquier aspecto social es un problema serio, local, regional, nacional e internacional. Una adolescente de un país rico está moviendo el mundo de la economía contra el cambio climático causante de tantas miserias presentes y futuras...cambios, cambios, cambios de mentalidad son urgentes, la experiencia enseña los errores evitables. La voluntad amiga/o!!
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