PUESTA DE SOL EN OTOÑO, LAGUNA DE MANJAVACAS Y... GRULLAS!!
Ahí están, fieles a la cita. Cada tarde, al ponerse el sol en uno de los humedales manchegos más bonitos que hay, al sur de Cuenca, en Mota del Cuervo, aparecen, primero en forma de sonido y poco a poco en forma de, buena, en muchas formas y formaciones. Sus estilosos cuerpos dibujan y desdibujan en el cielo extrañas formaciones de muchos individuos, decenas, que se unen y se separan, que giran y vuelven, bailan en las alturas, sobrevuelan los campos llanos, abiertos, cultivados.
La próxima vez llevaré la cámara y el trípode.
Esta vez ha sido maravilloso. Escuchar sus graznidos, y esperar unos segundos a verlas. Bandadas, acercándose en todas las direcciones hacia un lado de la laguna donde extendían las patas para posarse y, al hacerlo, mostraban una figura de fragilidad y belleza que no se puede dejar de mirar hasta que se camuflan y es difícil seguirlas en el suelo.
Mientras se hace de noche, en ese preciso momento en que no es tarde ni noche, cuando el cielo se pinta de rosas y rojizos y en la tierra todo se confunde porque la luz se está yendo a otra parte...
...y sin luz, apenas nos queda el sonido y la posibilidad de adivinar por dónde se acercan.
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