LA CRÍTICA...no siempre de la buena
En el bipartidismo español ha pasado de todo, tanto en el PP como en el PSOE ha habido desprecios, expulsiones, ninguneos, humillaciones, insultos, acusaciones y cabezas rodantes. Los líderes y lideresas bipartidistas tienen patente de corso a la hora de abusar de su poder y ejercerlo, bien a bombo y platillo bien a la chista callando. Se permiten abusar del poder a las bravas o utilizando a quien sea necesario para conseguir su puesto, su prestigio o su dinero, o todo a la vez. Cambian los lemas electorales para hacerlos más personalistas, regionalistas o localistas sin que el parido de turno se moleste porque el logo institucional se vea poco o casi nada. Mienten en sus propuestas descaradamente, sus programas electorales son papel mojado de antemano, sus líneas rojas son de plastilina y sus discursos contienen más falacias que un ejercicio de lógica informal en bachillerato. Sin embargo nada de esto les hace perder voto alguno ni ser cuestionados por sus seguidores, fieles hasta el extremo de aceptar pulpo como animal de compañía (véase lo último de Casado-Ayuso-Feijó)
Pero, pero, pero, si ante la circunstancia más que probable del aumento de la extrema derecha en las instituciones los partidos de izquierdas se unen la tierra entera tiembla, me refiero a la de la gente de izquierdas claro, la de la gente de derecha sencillamente se burla y magnifica la cosa en todos los medios durante todo el tiempo posible.
Ser de izquierdas supone ser inteligente porque se critican las propuestas, se persiguen alternativas, se plantean diferencias y se persiguen injusticias en todos los ámbitos. Así que cuando hay que juntarse también se es crítico, solo que de la peor manera posible, sobre todo ante un escenario marcado por medios de masas ansiosos de ridiculizar y menospreciar al listo de la clase, al justo, al buena persona, al que si le dejamos hace cosas buenas para todos...cuidado con confundir los medios, todos los medios, cuando el fin es el mejor.
Ya es la segunda oportunidad que tenemos de ir juntos/as. Cuando se consigue llegar arriba el trabajo es bueno, es muy bueno, así que conviene no perder el tiempo ni las energías en el proceso de unión porque se puede perder mucho más que el medio. Seamos eficaces y formemos unas listas de izquierdas con gente variada que para eso es de izquierdas.
Ánimo andaluzas, andaluces, hay una coalición de partidos de izquierdas que espera una oportunidad para que después les critiquemos y así mejoremos.
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