martes, 30 de agosto de 2022

NO-COSAS

 NO-COSAS

Byung-Chul Han, Taurus, 2021


El final es tan personal como una obra de arte, pero el principio y hasta ese final tan subjetivo y novelesco se expresa bien lo que es "el capitalismo de la información", idea clave, idea oportuna para entender el mundo y nuestro modo de estar en él hoy, al menos en Occidente, al menos en los países ricos, consumistas, democráticos.

Como suele ser habitual en sus obras, también aquí la austeridad es la norma, las definiciones no se repiten, no se ejemplifican, porque están dichas, aunque solo sea una vez y con esa vez basta. De hecho, si fuera necesario para poder seguir la lectura vuelvo a leer aquello que no entiendo bien, está ahí delante de mis ojos, en papel, en mis manos, porque todavía leo en libros de papel, en cosas. Han habla del paso de las cosas a las no-cosas y de todos los males que ello supone. Para empezar, se desmaterializa el mundo y las relaciones humanas dando pie al control absoluto de las corporaciones sobre las vidas de todo el mundo. Se pierde autonomía y capacidades humanas. Se pierden referencias y estabilidades, entre otras cosas, porque se pierde el tiempo, ya solo cuenta la información fugaz, las pantallas del móvil, las experiencias compartidas para los likes.

Ahora, cuando veo el telediario en ese plató que parece un decorado virtual de realidad aumentada, entiendo mejor lo que dice el filósofo "la puesta en escena y la representación adquieren cada vez más importancia" (pág. 28) y se mejora el entendimiento cuando se presta atención a la voz de las y los periodistas, a sus tonos, sus paradas y sus gestos (muchas veces dan las noticias de pie), cuándo enfatiza, qué enfatizan.

La comercialización de la información consigue que seamos ignorantes, grandes ignorantes que creemos saberlo todo porque confundimos lo digital con lo real.

Hace poco he cumplido años y mi hijo me ha regalado una camiseta con el dibujo de Platón y a su alrededor pone "caverna de Platón, equipo de rescate". ¿Cómo vamos a salir de esta caverna mediática si es el refinado y todo poderosos mundo capitalista el que la controla?

La dualidad que explica Han, lo digital y lo analógico, llevada a todos los campos de la vida cultural, supone un escalón más de la condición humana que significa sumisión, obediencia, dominación sin resistencia porque ya no reaccionamos ante nada, ya se esté derrumbando el mundo a nuestros pies que no hacemos nada, solo seguir la corriente marcada del capitalismo siglo XXI, made in algoritmos digitales.

Hipercomunicación y soledad, uno mismo y estándar, lo aditivo y lo conceptual, inteligencia artificial y pensamiento, el ruido y el silencio...son ejemplos de dualismos mostrados en las 120 páginas y otras pocas de citas. 

Es mejor cuando escribe sin hacerlo en nombre de otros, aunque sea muy normal en filosofía estar citando y nombrando a los pensadores que han introducido novedades en el pensamiento occidental. Por eso el principio y el final son mejores.

La crítica a los eufemismos es demoledora y necesaria para desenmascarar, al estilo marxista, la realidad tal y como la estamos viviendo, y, así, no sucumbir en la inhumanidad una y otra vez. Estamos inmersos en caldo amniótico de eufemismos, ya sean en política, arte, geografía, economía, tecnología o ciencia, que nos rodea bajo la fórmula de la llamada información, que solo es un medio de manipulación y control capitalista. ¿Llegará alguna vez la revolución de la mayoría, al estilo proletariado marxista, ante tanta contradicción dialéctica?

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