MILLÁS Y LAS DISONANCIAS COGNITIVAS
Al pan, pan y al vino, vino, podríamos decir después de escuchar a Millás, un domingo más, con Javier del Pino. Parece mentira que decir lo que vemos y lo que pasa fuera una temeridad y ocultar lo que se ve y lo que pasa fuera lo verdadero y conveniente.
Israel está asesinando al pueblo palestino con el objetivo de acabar con el terrorismo de Hamás y las democracias occidentales, Europa a la cabeza, lo están permitiendo. No hay más maneras de decir estos hechos, de valorar las imágenes que nos muestran en los telediarios. Por esto, Millás se pregunta, y nos interpela, por qué tenemos la extraña sensación de que hay algo que no es como se cuenta, por qué se acepta que Israel se defienda con toda la artillería posible, y no es un eufemismo, y no se le llame asesino cuando masacra a la población civil como lo está haciendo. Una parte de la política española, la derecha para variar, pone el grito en el cielo porque el Presidente del Gobierno dice lo que ve y pide explicaciones, dando a entender que lo hace mal, que nos compromete diplomáticamente y otras vainas con tal de aparentar que ellos lo harían todo mucho mejor porque son mejores. Con independencia de lo mal o bien que haga otras cosas, en este asunto, el Presidente y Millás tienen razón, solo hay que ver cualquier telediario.
Oírle hoy me ha recordado su texto sobre el Caso Nevenka Fernández, subtitulado contra la realidad, allá por el año 2004, lo que nos recuerda que el escritor lleva toda la vida ejerciendo de periodista, buscando la verdad, sospechando de las apariencias, de las palabras, siendo sensible a las disonancias cognitivas, tan utilizadas en nuestros medios de comunicación y en nuestra clase política.
Qué sano es escuchar con tanta naturalidad como lo dice Millás, que las cosas son como las vemos y no como nos las cuentan, que por muy imperfectos que sean nuestros sentidos siempre hay algo que no es como me dicen. Tiene que ser un escritor, especialista en inventar realidades, en construir alternativas imaginativas, quien nos diga a las claras lo que pasa, quien llame a las cosas por su nombre.
Después, el programa ha seguido con el tema de la vivienda y la arquitectura, entre noticias y valoraciones de lo que supone para la vida personal de mucha gente, el actual estado de la vivienda en grandes ciudades y, cada vez más, también en pequeñas. Qué bien sienta un análisis de los datos, una aproximación, siempre subjetiva, de lo que significa en el día a día las cifras y los titulares de las noticias: 600 euros por una habitación en un piso de Lavapiés.
En fín, otro domingo más, ha sido una suerte escuchar a Millás por la mañana.
Muy interesante. Gracias
ResponderEliminarGracias a ti por opinar
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