lunes, 19 de febrero de 2024

LA MANIOBRA DE LA TORTUGA

 LA MANIOBRA DE LA TORTUGA

Juan Miguel Del Castillo, 2022


Anoche en Versión española pasaron la última película de Juan Miguel del Castillo, quien presentó y comentó su trabajo junto a los actores protagonistas y a la presentadora del programa. Entre otras cosas contaron cómo fue rodar las escenas que representan la angustia y el miedo de Cristina, qué trucos técnicos tuvieron que usar hasta lograr el efecto de máxima credibilidad sobre las emociones y sentimientos que eran necesarios transmitir, como una cámara psicológica pero de frente.

Me parece que tratar la violencia de género hoy no es nada fácil por la cantidad de distorsiones negacionistas que la rodean. Esta película lo hace muy bien, denunciando, al más puro estilo de cine social contemporáneo español.

Los protagonistas buscan protección, uno a fuerza de violencia legal y física, de dolor familiar, de indignidad laboral y la otra a fuerza de vulnerabilidad y fragilidad, de no ser creída, de miedos infinitos que le salen por los ojos y los movimientos rígidos de su cuerpo nunca relajado.

Dos vidas que se cruzan para mostrarse un machismo descarnado que impera en nuestra sociedad y se ceba con las mujeres más jóvenes, inexpertas, inmigrantes, las peor tratadas por el sistema a la hora de ser escuchadas, atendidas.

Todos los malos tratos posibles suceden a lo largo del metraje, también los administrativos y policiales.

La actriz es una mujer maltratada que corre el riesgo de ser asesinada, de verdad, así lo refleja desde el primer plano en que aparece. El actor es alguien oscuro, a quien le ha golpeado la vida mil veces y que aparentemente no tiene nada que perder. Ella es enfermera, cuida a las personas, él es policía, también cuida a las personas. Desde sus respectivos cuidados, bien diferentes, serán modelos de mujer y hombre muy actuales, perfectamente reconocibles en nuestro barrio o trabajo, no tanto porque se parezca a fulanito o fulanita sino porque lo que viven, en su trabajo, en su familia, en su vida íntima, sucede a nuestro alrededor a diario.

Es dura, una película que no disimula la venganza, la injusticia, la búsqueda de la verdad y los riesgos que están ahí, aquí, para muchas personas. Denuncia lo cómodo que está el machismo en todos los ámbitos de la vida, en todos los organismos sociales y culturales y lo difícil que es conseguir protección para las víctimas.

El título, homónimo de la novela en la que se basa, nos hace pensar en la lentitud, en el caparazón como mecanismos de resistencia. Ojalá no tuviéramos que resistir tanto en materia de igualdad.

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