LA CLASE DICE: FREE GAZA
Hace unas horas en la UNAM (México)
Todavía no están enajenados del todo. Ya cunde el ejemplo fuera de EEUU, no solo América sino Europa empieza a dar clases universitarias de Derechos Humanos en los campus, en las aulas, en las bibliotecas, allí donde hay estudiantes, donde se sabe historia y economía, donde se ejerce la política ciudadana y se toma conciencia del poder del voto en democracia.
Aquí, en los telediarios del medio día, han aparecida imágenes de estudiantes en el campus de Valencia.
Cada palabra de las pancartas lleva el significado preciso de lo que denuncian y lo que exigen. La contradicción absoluta de pertenecer a la ONU y violar sistemáticamente los acuerdos sobre DDHH no se soporta ni un minuto más. La contradicción de alimentar guerras en nombre de la paz es tan insostenible como el oxímoron que supone la frase. Pagamos aviones con bombas y con alimentos destinados a la misma zona humana, en el caso de EEUU no es una metáfora.
Resulta realmente desalentador que conociendo la perversión de la polarización en materia política, las nefastas consecuencias para la vida social, se afirme una polarización atroz con el asunto de Israel y Palestina. Defender los DDHH no es ser antisemita, sino posicionarse contra el genocidio, lo practique un gobierno o un grupo terrorista. Exigir la paz no es odiar a quienes practican el judaísmo en cualquier lugar del mundo, sino a quienes dicen hacerlo asesinando a miles de personas en Gaza. Culpar de antisemitismo es un viejo vicio instalado en Occidente para condenar y denostar cualquier idea o acción que suponga una crítica a las políticas de Israel, cuyo gobierno parece que es el elegido divinamente y por esto no puede ser cuestionado. No, las personas que asesinan en Gaza son seres humanos de todas las edades y circunstancias, incluidos cientos de periodistas que intentaban realizar su trabajo para que podamos estar informados, un derecho, el de la información veraz, que es pilar de las democracias.
Las redes sociales tiene una misión en manos de la clase estudiantil y les está funcionando, así que, considero que con su activismo también nos está funcionando a todas les personas defensoras de los DDHH en cualquier latitud del planeta. No somos imbéciles y quienes estudian mucho menos. Espero que la lección se entienda y más pronto que tarde se aprenda para poder pasar el examen sobre ser o no ser HUMANIDAD.
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