AFTER THE PARTY
Peter Salmos, 2023
En seis capítulos de 45 minutos, esta serie trata de la fuerza de la costumbre, de cómo las tradiciones se imponen a pesar de causar daño, dolor y malestar de por vida a muchas personas, especialmente a los más vulnerables como son los menores, los jóvenes. Pero especialmente, trata cómo la palabra de la mujer nunca se cree o pocas veces se hace. Resulta indignante lo fácil que es despreciar, más o menos visiblemente, la palabra de la mujer, lo sencillo que resulta atribuirle locura, manías, rarezas, mal humor, decir lo insoportable que es, lo rígida que es con el cumplimiento de las normas y los valores sociales.
La protagonista aparece a los ojos de todos y todas como una histérica, insatisfecha y egocéntrica. Su madre, su hija, sus amigas, sus colegas, hasta los compañeros de la asociación ecologista, todo el mundo cree que es extremista, radical y cosas por el estilo. Esta fama le viene por haber denunciado a su marido de abusos a menores, por denunciar la pederastia, algo que nadie puede aceptar pero para lo que se exigen pruebas exhaustivas porque de no haberlas con máxima claridad no se aprueba el hecho que se denuncia.
Pasan cinco años desde que, tras la fiesta de cumpleaños del marido, la protagonista le denunciara pública y policialmente. Entonces empieza la serie, mostrando escenas del pasado y del presente, enlazando los hechos para que se entiende todo, porque no hay comportamientos que sean espontáneos o sucedan de pronto, sin más, la mayoría tiene precedentes y son causados.
El caso es que el marido regresa ala ciudad de la que se fue hace cinco años y todo empieza otra vez, solo que no es lo mismo, nada es lo mismo. Los precedentes dan sus frutos. Las acusaciones a la protagonistas sobrevuelan cada paso que da. No hubo pruebas, nadie acusó a su esposo, solo su palabra. LA PALABRA DE LA MUJER.
Es Inglaterra hoy. Es el patriarcado hoy. Es la pederastia hoy. Es el abuso de poder del hombre sobre menores. Pero sobre todo es lo que significa todo esto, el desprecio a la mujer, la exclusión social, la marginación, la soledad de la mujer que se atreve a decir, a hablar, a denunciar. Hoy es así.
Las consecuencias son insoportables para ella que, aunque es muy fuerte física y mentalmente, sufre cada segundo de su vida la cultura del abuso sexual del hombre. Su trabajo, sus amistades, sus compromisos y sobre todo su hija y su madre. Todo su entorno la señala y culpa, llegan a romper relaciones, a obligarla a pedir perdón como chantaje emocional.
Resulta muy potente la actriz, también el ambiente que la rodea, elementos como el alcohol, el instituto, la homosexualidad, la contaminación, la amistad, la maternidad, la educación familiar o la policía, hacen que resulte culpable o inocente a ratos. A veces todo hace pensar que tiene razón y otras veces que no la tenga y sean el resto de personajes quienes la tengan.
Es muy descorazonador ver cómo se desmorona una persona por no ser creída. Queda claro que de haber sido un hombre el resultado no habría sido el mismo, así que refleja muy bien el superpoder total que sigue teniendo el patriarcado en la actualidad en Occidente.
Lejos de mostrar debilidad, dependencia o cursilería, la serie refleja a una mujer fuerte, segura, combatiente, en su trabajo, con su familia y sus compromisos, coherente con sus principios, inteligente, con sentido del humor e irónica. Y, aún así, no se la cree. ¿Qué pasa con otras mujeres que tengan otro carácter más pusilánime, que sus circunstancias las hagan dependientes económicamente de otros?
Los abusos sexuales se practican en los entornos cercanos. No hay mujeres abusadoras sexualmente. La palabra de la mujer siempre está en entredicho. Estas afirmaciones siguen vigentes aquí y ahora y esta serie lo pone de manifiesto a propósito de la pederastia, una violación en todos los sentidos, con consecuencias de por vida para las víctimas.
Hay que verla, comentar los parecidos que hay con nuestras vidas y tomar partido.
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