NI EL CALOR EXTREMO PUEDE CON LA MALA EDUCACIÓN
Dice Mary Beard que si quieres democracia hay que enseñar Humanidades. Viendo por televisión lo que dicen, cómo lo dicen y lo que hacen, diputadas y diputados del PP y Vox, no solo hace falta enseñar Humanidades también modales, esas manera de estar en determinadas situaciones que desde la más tierna infancia se aprenden sin esfuerzo. Me refiero a escuchar, respetar, cumplir con las obligaciones, hacer bien el trabajo, ganarse el pan decentemente, callarse cuando otra persona está hablando y oír a quien te responde es lo básico, lo mínimo.
Insultar por insultar, crear broncas, exhibir macarrería, comportarse en el Congreso como los malos hinchas en un campo de fútbol, es todo lo contrario del cargo que ocupan.
Lo más lamentable, sin lugar a dudas, es la ciudadanía que les jalea y aplaude, que confunde ese campo de fútbol animado por hinchas indeseable con el lugar donde se decide la vida política, es decir, su vida, salarios, pensiones, sanidad, educación, vivienda, impuestos, derechos, oportunidades, igualdad, seguridad, trabajo, energía...muchas personas nos preguntamos cómo se ha llegado a esta situación de vergüenza ajena y por qué se permite semejante esperpento en el Congreso, o en cualquier otro lugar público.
Pocas veces ocurre que en locales de ocio alguien eleve el tono o se sobrepase en sus modales y nadie le llame la atención, si no se le expulsa directamente. En un restaurante, hace poco, asistí a una llamada de atención por comensales de una mesa a la de al lado porque estaban riendo y hablando muy alto e impedían la conversación en las mesas cercanas. Todo el mundo lo entendió, también los aludidos y el dueño del local, quien se disculpó a la mesa de afectados. ¿Cómo es que se permite en el Congreso?
Sabemos que si mandaran ellos a la primera de cambio expulsarían a cualquiera, de hecho lo hacen donde manda, imponen unas reglas de tolerancia cero con quienes disienten, aunque lo hagan con buenos tonos, con argumentos y pruebas.
Tienen medios de comunicación que usan un vocabulario impropio y manifiestan opiniones exageradas y mentirosas que, para estar a la altura, exigen al PP y Vox a que hagan lo mismo. O tal vez sea al revés, PP y Vox usan el matonismo y sus medio han de estar a su altura, por ínfima que realmente sea.
Me parece que la Constitución no da detalles sobre cómo deben comportarse sus señorías porque es obvio, sin embargo, con estos partidos a día de hoy es algo que se tiene que atender urgentemente, no pueden boicotear el trabajo y el ritmo del Congreso, torpedeando con mentiras e insultos cada dos por tres, haciendo irrespirable el clima político hasta reventarlo y así allanarse el terreno de una posible victoria electoral futura.
Ha llegado el momento de parar a los matones. Es necesario y urgente, se corre el riesgo de contagio y de pérdida de la democracia. Para que tenga lugar, para que sea posible un diálogo han de cumplirse unas normas, entre las que destaca la categoría de modo, es decir quien intervenga ha de tener algo que decir que sea relevante, que sea adecuado al momento, que se puede demostrar o que sea verídico al menos, sin falacias (especialmente ad hominen, ad baculum o ex populi), sin abusar del tiempo,.. Así que Humanidades y modales, por favor.
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