jueves, 3 de julio de 2025

MI VECINO EL FACHA

 MI VECINO EL FACHA



Todavía tengo mis dudas, no sé si es el de mi mismo rellano o el de dos pisos más abajo. En cualquier caso ha tenido que subirse a una silla, una escalera o algo similar porque la tercera pegatina, insultando a Sánchez, la ha pegado casi en el techo, en la entrada junto a los buzones y casi no se ve. Sin embargo pegó otras dos antes que alguien las ha arrancado por estar a una altura que se alcanza con la mano.

El caso es que mis vecinos son bastante mayores. La mayoría están jubilados. Todos somos clase obrera, procedentes de pueblos de la serranía o de la mancha conquense. Sus hijos ya no viven en el barrio, algunos ni siquiera en la ciudad. Lo normal en una zona de la España que se vacía.

Ya sospechaba que la nostalgia de otra época aparecía con frecuencia en el ánimo, las conversaciones y los gestos de la gente. He escuchado decir que con Franco eran más libres, he visto alguna banderita en sus muñecas y, antes de que la frutera de enfrente cerrara escuché a la del tercero celebrar los insultos de Vox al gobierno, incluso desear que lleguen pronto a gobernar y echar a los que hoy lo hacen.

Sin embargo no esperaba lo de la pegatina. Cuánto odio deben respirar para atreverse a usar el espacio público de la finca expresándolo reiteradas veces. Con qué energía se mueven a exhibir sus ideologías extremistas insultando y faltando al respeto a los demás. Saben que todos no somos fachas y que la corrupción ha inundado al PP antes, pero lo hacen contagiándose de la actitud violenta de la ultraderecha, sin pudor y arriesgando su salud (podrían haberse caído al subir tan alta la pegatina).

Me pregunto qué pasa por su cabeza cuando nos cruzamos en el ascensor o las escaleras, tal vez se alegren porque crean que me hacen daño y su odio celebre una especie de victoria. Cuánta mezquindad. Por cierto yo no voto al PSOE pero supongo que eso les da igual, se trata de manifestarse en contra del gobierno y a favor del franquismo, tan añorado y deseado por estos trabajadores conquenses.

He pensado ser una poco como ellos y poner una pegatina con las letras M. RAJOY pero me da pereza moral, yo no soy así, aunque mis principios están en contra de las intolerancias y los fascismos...un dilema vecinal, a estas alturas.

Somos veinte familias en el bloque, alguien pone pegatinas insultando al gobierno y alguien las quita, pero las ponen más alto, las suben casi al techo para ganar. Es cuestión de fuerza no de argumentos, tal y como se comporta el fascismo en cualquier tiempo y lugar.

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