JUEZA DE CATARROJA
Mujer tenía que ser...
No falla, el machismo les sale por los poros, es superior a su máscara de demócratas, de cultura del siglo XXI, de cualquier signo de avance moral y de derechos. No hay manera, que diría Coque Malla.
Las derechas españolas, fieles a su pasado franquista y a su presente fascista, cuando se demuestra que cometen delitos, violan leyes, mienten, incluso provocan muertes, atacan a quien lo descubre inventando vidas y circunstancias sobre su vida, a cual más falsa, incluyendo la de familiares y amistades, con el fin de no asumir sus delitos, sus responsabilidades, algo que nunca han aprendido ni quieren hacerlo.
Son muy cobardes, otra característica que nunca falta en la actitud fascista.
Creen que sigue siendo buena estrategia la falacia ad hominen (despreciar a quien habla sin apreciar lo que dice) para desviar la atención de sus hechos delictivos, así que se dedican a insultar a la jueza de Catarroja, a su familia, y a difundir por todos los medios posibles falsedades para disuadirla y callarla.
Desgraciadamente hay jueces que, como ellos, no aceptan el trabajo bien hecho, mucho menos si lo hace una mujer, y favorecen las ignominias practicando la injusticia institucional. Hay numerosos casos archivados que han pretendido desacreditar a mujeres políticas, periodistas, artistas o de otros ámbitos laborales, más o menos influyentes en la sociedad, todos falsos desde el principio.
Han conseguido quitarse rivales poderosas en la carrera política, algo que les anima a seguir con la misma treta vergonzosa, inmoral e indigna.
Desde aquí, quiero apoyar a la jueza de Catarroja en su trabajo por esclarecer los casos que afectan a la gestión de la Dana de Valencia. Debe poder realizar en condiciones su trabajo, resulta muy importante que se sepa la verdad, que haya justicia y reparación para las víctimas, que los responsables asuman sus culpa y paguen por sus acciones.
Cuestionar el trabajo de esta jueza por ser mujer, por aclarar con hechos demostrados sus declaraciones, es atentar contra el Estado Democrático y de Derecho de España. Ellos, los defensores de la patria, resultan un perfecto modelo de antipatriotas, jugando sucio para salvarse el culo delincuente que anteponen a cualquier interés nacional.
Cualquier persona se puede equivocar. Cualquier persona acierta. El sexo no tiene nada que ver en las capacidades laborales de quienes trabajamos, sobre todo a estas alturas en las que la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres para estudiar una carrera y ejercerla se ha impulsado tras la muerte del dictador.
El feminismo es IGUALDAD, necesaria para vivir bien, en paz, mejorando las vidas concretas de la gente. En este caso sirve para sacar a la luz la terrible y asesina Dana de hace diez meses. Tengamos un poco de consideración con las víctimas y sus familiares, con quienes sobreviven a duras penas tras las numerosas pérdidas personales y materiales.
La violencia de género es una práctica cainita que nos lleva al fascismo otra vez. El desprecio de la mujer, de su trabajo o su cuerpo, sigue estando entre las prioridades de las derechas españolas como diana urgente a la que disparar todos sus dardos mentirosos, envenenados de odio y corrupción. No soportan la IGUALDAD, les da urticaria ética.
La judicatura española debe actuar en defensa de los derechos y libertades que recogen nuestras leyes en materia de IGUALDAD y abrir diligencias contra todo aquel individuo o asociación que pretenda violarla. Si no se toman medidas contundentes a estas alturas estamos obligadas, las personas demócratas, a reivindicar, otra vez, una Justicia de verdad.
CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO: TOLERANCIA CERO
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