sábado, 21 de enero de 2023

FRAGMENTAR...LA NATURALEZA

FRAGMENTAR 

Divide y vencerás


Vivimos la era de lo macro que se administra como micro. 

Así las macroplantas de placas solares se dividen para que en la gestión no intervenga el Estado sino un fragmento de este en forma de Comunidad Autónoma. 

Así las macrogranjas de cerdos se dividen y diseminan para ser gestionadas sin sanciones estatales e infinitos beneficios empresariales.

Lo más paradójico de todo es que se argumentan motivos sostenibles, ecológicos, renovables, saludables, en definitiva ambientales para fragmentar y fragmentar, disimular y disimular, mentir y mentir, ya que las consecuencias a corto y largo plazo de semejantes instalaciones son precisamente empobrecer la tierra, el agua y el aire, es decir, impedir la agricultura y ganadería convencionales en favor de las industriales, lo extensivo por lo intensivo (parcelado).

Resulta difícil de tragar que la energía solar pueda perjudicar. ¿Por qué está provocando tanta resistencia en las zonas rurales? Parece un claro ejemplo de que el fin no justifica los medios. Las energías renovables han de implantarse sin perjuicio de la agricultura y ganadería extensivas. Compatibilizar lo que es bueno tiene que ser posible, ha de suponer más bienestar.

En cuanto a la cría industrial de cerdos no hay argumento que pueda sostener ningún bienestar al respecto si excluimos a la empresa explotadora. Todo el mundo pierde, especialmente las personas y el medio que viven cerca de las macrogranjas, y quienes viven no tan cerca porque el agua y el aire, no solo la tierra, desplazan contaminantes por donde quiera que vayan empobreciendo la vida en cualquiera de sus formas presentes y futuras.

Habrá que darle una vuelta a eso de quien hace la ley hace la trampa para impedir que haya leyes injustas, contaminantes, contrarias a los principios más elementales del respeto de la vida en el campo. Habrá que impedir barbaridades legales que faciliten la riqueza económica de unos pocos y la pobreza, no solo económica, de muchos. Esas leyes que legalizan fragmentar las zonas, como las compras y gastos administrativos, para escapar a las protecciones ecológicas y saludables de grandes extensiones de territorios españoles, algunos rozando parques naturales, con el agravante de formar parte de la llamada España Vaciada, esa de la que tanto se habla y a la que tanto se desprecia.

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