UN HÉROE ANÓNIMO

 UN HÉROE ANÓNIMO

Alain Guiraudie, 2022

Comedia francesa crítica con los estereotipos más clásicos y lo más espinosos. Parece que puede ser real, de hecho a veces lo es, pero desde el sofá de casa se tiene la certeza de que el director se está pasando un par de pueblos, aunque la realidad supera a la ficción.

Atentados yihadistas, prostitución, drogas, armas, celos, emigración y barrios periféricos, todo bien mezclado para componer un cóctel cómico que va dejando mensajes sobre el racismo, el machismo, la inseguridad ciudadana, los prejuicios sexuales, las relaciones vecinales, laborales, de pareja, en definitiva la vida misma en la actualidad de cualquier ciudad francesa.

Los tópicos están muy bien mostrados al ser reales y como aparecen en tono de comedia se van digiriendo bien. El actor principal es la clave para imprimir cierta credibilidad, la suficiente como para saber que todo es mentira y para pensar que contiene algo de verdad.

El título en castellano despista un poco aunque al final se entiende bien. Todo lo que sucede es una metáfora de lo que podría suceder, así que las palabras no significan literalmente lo que dicen. En realidad nadie es lo que parece ser ni hace lo que supuestamente debería hacer. Para que las apariencias, es decir, la trama de la película, resulte cine, en todos los sentidos, la actuación de los actores ha de estar a buena altura y aquí lo hacen bien todos, protagonistas y secundarios, perfectamente caracterizados y vestidos, en contextos habitacionales ideales.

Hay un humor absurdo, de viñeta, que sobrevuela el humor aparente y consigue hacer reír a cualquiera, también hacer pensar y establecer similitudes con muchas circunstancias cotidianas. Lo absurdo solo puede serlo de lo cotidiano, triste y dramático. 

Sin embargo el final encierra un drama demasiado cruel, esta vez, por ser verdad auténtica en muchos lugares del mundo.