EXTRAÑA FORMA DE VIDA
Pedro Almodóvar, 2023
Como los buenos cortos, al final, te quedas con ganas de más. Tal vez por la música, la fotografía o la historia flotante que sostiene el último plano de los caballos jugueteando mientras se pone el sol. Técnicamente es impecable, la bajilla, la ropa interior en los cajones de la cómoda, la cama...y la cazadora vaquera verde de Pascal, toque más que original imposible de ubicar en contexto histórico alguno.
Para saber lo necesario necesitamos un par de escenas del pasado que respondan a los interrogantes del presente. Son puro Almodóvar, los planos y el escenario, el vino tinto que justifica lo que realmente es el núcleo duro de la cuestión, la pantalla se queda pequeña y te lleva al presente de dos hombres que no se ven desde hace veinticinco años, cuando sucedió lo del odre del vino.
La intimidad es protagonista de estas vidas, la explícita brevemente y la implícita que se oculta a propósito para crear el misterio y forzar a los actores a expresarse lo mejor que pueden, llenando primeros planos hasta resultar excepcional el plano general.
Juego de interiores, lugares interiores del ser humano y de los espacios en los que transcurre la trama, dormitorios de hombres cuyos trabajos no corresponden con el aseo y cuidado estético que presenta Almodóvar en la película pero que, por eso, quedan tan bien.
En el guion está el sello de autor, aunque no solo, y la interpretación soberbia de los actores crean la atmosfera reconocible almodovariana, particular, dramática. La calidad está presente en todo momento, desde el fado inicial hasta el atardecer final.
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