AMARILLO Y VERDE NATURALES
Nos empeñamos en el dualismo desde tiempos inmemoriales, pero la naturaleza es así de simple, o compleja, en una misma planta, unidad, una espina y una flor, y no es un rosal...
Todavía quedan restos de las últimas tormentas que florecen en los caminos y provocan que nos agachemos y hagamos una foto como esta, a pesar del calor tórrido, de la luz plomiza y del estado de ánimo cruzando un descampado desértico camino del hospital.
Qué maravilla ser estimulada por la naturaleza, realmente es una suerte tener sentidos lo suficientemente en forma como para apreciar la belleza natural de ahí al lado, que reclama tu atención...y tu cámara.
En verano también hay paisajes, más o menos naturales en la ciudad, como las cunetas en las carreteras, dignos de ser sentidos. Por cierto los tilos están espectaculares, desprenden su aroma radical y te envuelven varios pasos más allá del árbol...
Hay tantas verdes después de la lluvia, tantos olores inevitables, que es un gustazo percibir, vivir.
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