miércoles, 4 de septiembre de 2024

RADICAL

 RADICAL

Christopher Zalla, 2023


Podría verse como una película más sobre maneras no convencionales de enseñar. Podría estimarse el papel del elenco, tanto adulto como menores de edad. Sin embargo yo veo la denuncia, la crítica, que por muchas veces realizadas no sobran.

Mostrar, a través del cine, situaciones intolerantes de pobreza, violencia y abusos, es necesario por muy predecible que sea, y lo es ya que son reales, repetidas, las situaciones tratadas, ya se parte de ahí. Que los sistemas educativos públicos no responden a las necesidades escolares del alumnado es un hecho palpable en México y en cualquier lugar del mundo, solo que las circunstancias socioeconómicas, que marcan las diferencias geográficas, componen el escenario concreto en cada caso.

El talento personal necesita ambiente adecuado para poder realizarse, materializarse. El componente ambiental cada vez parece más determinante, al menos para que la precariedad pueda llevarse con cierta dignidad. Estudiar o no estudiar, hacerlo en unas condiciones o en otras.

Las pruebas estandarizadas basadas en datos memorísticos y operaciones de cálculo mecánicas son eficaces para determinados aprendizajes, no para los primeros años de escolarización. La adecuación al aula, al alumnado, al contexto determina la metodología pedagógica, obviarlo es condenar al fracaso a la mayoría, que arrastrarán dicho fracaso en sus vidas.

Sin tecnología se educa de otros modos, igual que con tecnología. Las estrategias docentes pueden ser muchas y variadas, pero la sensibilidad, el respeto, el afecto y la empatía han de estar primero en el profesorado. También en la administración, aunque en la práctica no están ni se las esperan.

La carga dramática de la película hace que diversifiquemos la atención hacia aspectos familiares, laborales, higiénicos, violentos, habitacionales, es decir económicos, políticos. Así se completa el cuadro, con todos los componentes en la escena, personales y sociales, a propósito de la educación de menores. Un marco de pobreza y vulnerabilidad actual que condena a millones de niñas y niños a malvivir.

Me parece de lo más oportuno ver ahora esta película, que arranca otro curso, porque nos recuerda quién educa de verdad, dónde se aprende a vivir, qué se necesita saber y cómo se puede hacer. La escuela no es un lugar dentro de una burbuja, aunque a veces lo que ocurre en ella sea lo mejor que le puede pasar a una niña o a un niño. Cada persona que la habita lleva consigo su circunstancia que condicionará sus oportunidades para mejorar, porque la función de ascensor social que todavía debería tener la educación pública depende también del profesorado.

El título es bastante fiel al contenido, supone abordar la trama, en este caso la educación pública, desde la raíz, solo así se puede apreciar todo su significado y las consecuencias que tienen las decisiones, las influencias, lo que rodea y forma parte del caso.

Hay escenas duras y también las hay cómicas, como suele ser el cine social que refleja bien lo que pasa.

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