martes, 26 de agosto de 2025

VOTEMOS

 VOTEMOS

Santiago Requejo, 2025


A Álvaro, por la recomendación.

El caso es que la realidad supera a la ficción...

Esta vez, a propósito de las enfermedades mentales.

Como en cualquier bloque de pisos, quienes viven en él y quienes son propietarios deciden si renovar el ascensor con el dinero de la comunidad. Es una inversión a futuro, conveniente, necesaria y empieza a serles urgente. Parece que nadie se opone, la unanimidad es el resultado de la votación, que se realiza según los estatutos.

Sin embargo, aquí viene el argumento, uno de los propietarios necesita dinero y va a alquilar su piso, aunque viejo y sin reformar, a un compañero de trabajo. Todos se sorprenden de que haya encontrado un inquilino al precio que pide así que le preguntan cómo es, qué sabe de él. Ahí empieza todo, en el conocimiento del otro y en cómo el saber siempre viene acompañado de prejuicios. Esos sesgos inevitables que están ahí, invisibles y determinantes.

Nadie escucha solamente lo que se dice. Todo el mundo interpreta lo que se dice, quita y pone según sus intereses, ideología, gustos...sensibilidades.

Entonces la película cobra un nuevo giro que va in crescendo, con monólogos que nos retratan como sociedad y cultura sin piedad, marginadora, que discrimina justificándose en la seguridad personal, que elige y se convierte en despreciable.

Al final, vuelve a haber otro giro argumental que pone el broche de cierre con una imagen tremendamente significativa, representando las consecuencias de nuestra personalidad menos humana y mostrando las entrañas de lo que realmente somos como seres individualistas caiga quien caiga.

Las interpretaciones están de maravilla, el escenario teatral perfectamente reconocible como para poder sentarnos en su sofá y convertirnos en miembros de esa comunidad de propietarios. Todo resulta real, me temo que demasiado.

El cine, con su maestría, nos brinda oportunidades para conocernos y vivir de otra manera más humana. Los diferentes dilemas que van apareciendo, partiendo de situaciones personales de cada personaje, son cotidianos y nos ponen ante el espejo de nuestros propios comportamientos, cuestionan nuestras propias ideas y nos invitan a salir de ese salón o zona de confort egoísta para entendernos y ser un poquito mejores.

Son siete personajes en busca de salvar sus vidas...y quién no está en esa búsqueda.

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