sábado, 5 de noviembre de 2022

EL SILENCIO DEL PÚLPITO

TRISTE LO INEXTRICABLE

Basílica de la Macarena, Sevilla

Con un día de retraso leo la prensa y me detengo en esta frase del catedrático de historia contemporánea Julián Casanova "esa inextricable unión entre política y religión católica es una de las peculiaridades de la historia de España" pág. 19, El País, 4/11/22, a propósito del cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática en la basílica de la Macarena en Sevilla.

Es algo que siempre nos hemos preguntado la gente de mi generación, ya educados en democracia, y un tanto ajenos a la cantinela de las dos Españas. ¿Por qué la Iglesia, como institución, no ha reaccionado en favor de la paz, la tolerancia, el respeto, la concordia y la humanidad? siendo como es, la representante de una religión basada en el amor, cuando ya nos liberamos del franquismo a finales de los setenta, poco a poco debió dar pasos en la dirección de practicar la igualdad y la fraternidad, al menos, hacia no favorecer el franquismo y sus tentáculos, enormes y poderosos según estamos presenciando estos días.

Siempre ha estado presentando obstáculos a cualquier iniciativa en favor del respeto. Impidiendo, incluso en los tribunales, que se retiren los símbolos del dictador de sus lugares de culto, ya sean iglesias, muros, jardines, catedrales, ropas, aderezos, altares, cuadros, esculturas y prebendas económicas. Las trabas de la iglesia, al estilo cervantino "con la iglesia hemos topado" siguen siendo sello de identidad de la institución en nuestro país, algo que no sucede en otros y por esto lo menciona el catedrático Casanova.

En 2022, cualquier hilo, por fino que sea, con el franquismo y sus tentáculos, está fuera de lugar, de cualquier lugar mínimamente acorde a los tiempos democráticos, de derechos, de convivencia pacífica, de bienestar, de concordia y civismo. Muy bajo ha de ser el nivel en materia democrática para seguir al lado de la dictadura y sus representantes. Por esto, los partidos que miran para otro lado o se posicionan en el franquismo solo pueden ser de otro tiempo, del tiempo de la antidemocracia, de la violencia y la fuerza frente a la palabra y el argumento, del tiempo de la perversión y del abuso frente al de la tolerancia y libertades, son del tiempo de las dos Españas en un contexto de globalización y europeización cada vez mayores en todos los ámbitos sociales, que influyen a los personales.

Deberíamos estar celebrando que, aunque tarde, se empieza a reparar el maltrato a miles de españoles y españolas, hombres y mujeres vivos, presentes, cuyos familiares sufrieron el peor de los destinos a manos de asesinos y sanguinarios dirigentes militares, políticos y religiosos durante la dictadura y la democracia posterior, hasta hoy.

Es muy triste que la Iglesia no rompa los vínculos históricos con un régimen dictatorial tan dañino para la paz de España, la democracia y la seguridad de la ciudadanía hoy.

Es presente, es ahora.


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