lunes, 28 de noviembre de 2022

¿NUEVA SELECTIVIDAD?

 NUEVA SELECTIVIDAD


Estaría muy bien que no existiera, que al alumnado y a las universidades les bastara el criterio del profesorado de Bachillerato, sus informes y documentos oficiales en los que se valora a cada alumna/o a lo largo de dos cursos. Estaría muy bien que hubiera conexiones frecuentes entre responsables de la formación en Bachillerato y de las Universidades.

Sin embargo, lo que vamos sabiendo al respecto es algo que estaría muy mal, cosas que no hay comunicación entre niveles educativos, entre el ministerio y las organizaciones docentes, que no solo no va a desaparecer la prueba, sino que será antipedagógica, para robots, en absoluta contradicción con la nueva ley educativa que promueve la autonomía, las capacidades críticas y creativas, las diferencias personales, el desarrollo holístico, el desempeño teórico-práctico, los ritmos abiertos o los valores democráticos como la libertad y el respeto que dejarían de existir en una prueba constreñida a respuestas cortas y test. La madurez intelectual lo es moral a la vez, hacer exámenes como en las autoescuelas es dedicar dos cursos de la enseñanza del bachillerato al machaque y repetición de datos, cifras, listas, símbolos, números y palabras que encajen en una frase.

Si hay más demanda que oferta en los estudios de algunos grados, deben crear pruebas de acceso a duchos grados, específicas, nada estandarizadas o generalistas.

La capacidad de dialogar solo se prueba dialogando, la de defender argumentos defendiéndolos, la de cooperar cooperando, es el gerundio en primera persona el que refleja bien lo que se sabe, lo que se ha adquirido, de lo que se es capaz y de lo que no. Rellenar casillas o palabras resulta insultante y contraproducente.

¿Qué tipo de universitarias/os se quieren conseguir?

¿Qué tipo de bachillerato se quiere enseñar?

¿Qué tipo de profesionales docentes se prevén para el futuro inmediato?

¿Qué fines persiguen de una educación así?

No quiero ni imaginarme las respuestas. Solo es admisible el diálogo entre la administración y los profesionales de la docencia de educación media y superior. Diálogo sereno y sensato. Estamos a punto de hacer una buena contribución a la sociedad o de contribuir del peor modo a crear ciudadanía sin criterio, sumisa, domesticada y necia.

Espero que lo que estamos leyendo al respecto cambie mucho con la que resulte definitivo. Hay tiempo y capacidades para hacerlo bien ¿por qué hacerlo mal?

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