EL CUARTO PASAJERO

 EL CUARTO PASAJERO

Alex de la Iglesia, 2022

Parece que el título alude a un pasajero inesperado, incluso alienígena como en Alien, el octavo pasajero, pero no, de los cuatro viajeros que van en coche de Bilbao a Madrid al menos dos podrían ser el cuarto...vaya lío nos monta Alex de la Iglesia en este viajecito movido y movidito.

Cuando el escenario es mayoritariamente el interior de un coche el elenco de actores ha de dar la talla, sobre todo su gestualidad, sus miradas, su lenguaje no verbal, junto con el guion que, a veces, pasa a un segundo o tercer plano.

La cosa va de cuatro, o alguna más, vidas actuales de gente que te encuentras por la calle, en un bar o en un atasco entrando a Madrid un domingo por la noche. Todos los factores que nos determinan aparecen rodeando a estas personas corrientes, o no tanto, como el trabajo, el dinero, las relaciones, los planes, el futuro, las manías y los deseos. Cada uno de los personajes son varios otros en diferentes momentos de la película, a veces intercambiables. Esa versatilidad de cada uno es la clave y el éxito porque son Alberto San Juan, Blanca Suárez, Ernesto Alterio y Rubén Cortada.

Lo que sucede es imprevisible, aunque asados unos minutos se puede esperar que ocurra cualquier cosa. Eso es lo que pasa en realidad, cualquier cosa propia de Alex de la Iglesia, todo va a más y más y más hasta que estalla y de qué manera, apoteósica, con efectos especiales, personajes especiales, guiones especiales, situaciones especiales y final especial, muy especial.

El director se las apaña para crear una lógica propia en la que nos adentra y consigue que asumamos como normal, una vez asumida todo va rodado, en perfecta consonancia y los avatares que se muestran en la pantalla son entre inverosímiles y surrealistas pero que te hacen reír mientras piensas "qué buenos son". Y en esa dinámica propia se cruzan prejuicios, estereotipos y críticas a la velocidad de la luz, casi inapreciables que solo cuando comentas con alguien las escenas se revelan con claridad.