viernes, 13 de octubre de 2023

ENTRE PITOS Y FLAUTAS

ENTRE PITOS Y FLAUTAS


Con la que está cayendo y lo importante son unos pitos...a quién, en su sano juicio, le importan unos pitos, si lo que está en juego es el progreso o el retroceso de la vida en sociedad, quién con dos dedos de frente, atiende a unos pitos cuando lo que tiene delante es el mantenimiento y conquista de los derechos sociales. La prensa sensacionalista destaca el ruido de fondo, pone el foco en la distorsión necesaria de los acontecimientos por ridícula y trasnochada que sea, pero lo interesante no hace demasiado ruido mediático, ni se acompaña de pitos.

Estamos protagonizando, consintiendo, la continuidad de un régimen político cuya cabeza representativa puso un dictador. No sé si Franco imaginaba que Juan Carlos tendría que irse a vivir fuera de esa España una, grande y libre, que su hijo sería rey y que la hija de su hijo ya se está preparando para reinar. No sé si el dictador tenía imaginación para llegar a esto, nuestro presente actual, una monarquía parlamentaria en donde la corona cuesta millones de euros al año y contribuye poco o nada en el bienestar de la ciudadanía.

Estos días de guerra televisada, otra vez, entre Israel y Palestina, tenemos que echar la vista atrás para entender cómo empezó todo y tomar conciencia de las dificultades para resolver el conflicto en esta zona, porque lo que se deja pasar sin solucionar crece y se convierte en un monstruo que se lleva por delante cualquier atisbo de razón, diálogo o posibilidad de consenso, solo se alimenta de odio, de armas y muertes. Pues un poco después, aquí, en casa, también empezó un problema que sigue sin resolverse cincuenta años después y que hemos colocado en el imaginario colectivo como un elemento de todos, necesario, inamovible, hereditario cuando el pueblo nunca se ha podido manifestar sobre él, la monarquía borbónica y sus efectos.

Los pitos del fascismo, que se magnifican en los medios de comunicación y en las bocas de políticos que sacan beneficios de la crispación, son insignificantes aunque sintomáticos, ante el problema de fondo que tenemos sin resolver. Resulta muy vergonzoso que se hable de las miradas y la ropa de la princesa el día de la fiesta nacional, prefiriendo vivir del cuento, o en el cuento, sin atender a nuestra historia, sin resolver, a estas alturas, nuestros asuntos que tanto dinero nos está costando y tantas divisiones crea, porque la conducta del emérito es de máximo nivel de inmoralidad y la de su hijo de máximo nivel de parcialidad, igualmente inmoral, ¿tendremos que seguir preguntándonos por la de su hija? y luego ¿por la de la hija/o de esta? así ¿hasta cuándo?

Los pitos del día 12 de octubre sin ser inocentes no son suficientes para que cambiemos. Necesitamos un clima de madurez política y tomar decisiones que cierren y acaben con las imposiciones franquistas que dominan nuestra vida política en pleno siglo siglo XXI.

No hay comentarios:

Publicar un comentario