...PAUSA...HUMANITARIA...EUROPA SIGLO XXI
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Esperen que le acaben de vendar la cabeza y salga a la calle para que le puedan bombardear de nuevo, a ver si esta vez ya no necesita ni pausa.
Cada vez que pronuncio la palabra pausa siempre pienso en brevedad, una pausa para ir al baño, para tomar aire, para atender una llamada corta, para retocar mis aspecto, para coger un caramelo o beber un trago de agua. Pausa es el tiempo transcurrido en medio de una tarea. Humanitaria como calificativo supone ser humano un breve tiempo, cuando se deja de ser inhumano y se retoma la inhumanidad.
Los eufemismos son tramposos, pero entre personas inteligentes son cinismo, pura hipocresía con afán abusador, violador, dominador. Quien los crea está mintiendo desde antes de pronunciarlos, está fingiendo sin disimulo, consciente de la burla y la ignominia que provoca porque puede, por tener más poder, por estar protegido y saberse a salvo, vencedor.
Si la guerra en Ucrania ya nos pone ante el espejo de la vergüenza, la de Gaza nos devuelve el reflejo de la inhumanidad, con traje y corbata, en sedes institucionales del más alto nivel internacional.
¿Se puede pausar la respiración de un niño, de una anciana?, ¿se puede pausar la hemorragia de una herida, el parto de una madre o el abrazo de unos vecinos que acaban de perder sus casas? Esto es lo que se pretende atender con una pausa humanitaria...durante cuánto tiempo, los pulmones son esos órganos blandos, la sangre corre tan rápida fuera como dentro del cuerpo, los partos son muy distintos y cuando derriban tu casa las bombas no sé cuánto tiempo se tarda en reaccionar.
No me acostumbro a la indecencia de la clase política española ni europea ni intercontinental. No quiero ser insensible al grado mínimo de humanidad que hemos alcanzado en Occidente, aunque se borre contantemente, quiero seguir distinguiéndolo, es lo que me da confianza en el género humano, la sanidad, la educación...la paz.
¡¡Por un ALTO AL FUEGO en Gaza, sin excusa ni eufemismos!!
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