MICOLOGÍA, OTOÑO, CUENCA
En los pinares cercanos empezamos el paseo matutino en busca de hongos. Como a penas ha llovido hay muy pocos, en cantidad y variedad pero los que hay son espectaculares para quien no los ha visto antes. Están en las piñas caídas de los pinos, entres las agujas secas, en los troncos, semienterrados, al lado de las botas junto al palo de pinchar basura, o mejor dicho, basuraleza, de esto sí que se coge siempre, en cualquier época y en cualquier lugar del monte. Fue la anécdota vergonzante, la cantidad de basura que dejamos por ahí y que el viento arrastra por doquier.
Sombrero que no copa, pie que no tallo...los miembros de la Asociación Micológica El Valle, AMIVALL, de Cardenete, nos enseñan el vocabulario propio de este reino de seres vivos que no son plantas ni animales.
Paneles informativos como estos, forman parte del Museo Micológico que hay en Cardenete y que la Asociación traslada cada vez que realiza unas jornadas micológicas, facilitando así que el Museo sea itinerante. El sábado pasado fueron en Navalón y convirtieron su salón multiusos en Museo Micológico, con charlas, comida y catalogación de especies. Los componentes de la Asociación Micológica son expertos y resuelven todas las dudas que pueden sobre las formas, colores, olores, sabores y usos medicinales o culinarios de las innumerables setas que pueblan los bosques conquenses. Lo hacen muy ameno y sencillo. Lo organizan todo muy bien de manera que el día va avanzando entre bienvenidas, salidas al campo, recolección, muestra, exposición, comida y charla final.
Es un auténtico placer salir al campo con gente desconocida que busca lo mismo que tú, pasar la mañana en plena naturaleza, cuidando a cada paso lo que se ve, lo que se huele, lo que se toca, de lo que se oye, charlando sobre los hongos que hay y sobre los que no hay todavía. Cada persona cuenta sus experiencias de otras veces, en otros lugares. Todos sabemos algo, algunos mucho y acabamos aprendiendo unos de otros de todo un poco. Estas jornadas resultan no solo instructivas en materia de setas sino también de vida rural, en definitiva de vida, la nuestra y la de nuestra casa.
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