BIBLIOTECAS DE INSTITUTOS
En la Educación Pública tenemos que aprovechar el máximo los recursos materiales que tenemos. Estamos constantemente reinventando espacios para las clases que unas veces requieren pantallas, otras pizarras, unas veces mesas en filas y otras de trabajo en grupo. En cualquier caso la biblioteca del instituto es el lugar más versátil que hay a pesar de tener paredes borradas de libros.
Durante años ha sido el único lugar donde podíamos mantener vídeo llamadas, realizar exposiciones que requerían materiales audiovisuales y recibir a profesionales, cargos públicos, artistas o conferenciantes. Ahora disponemos de equipos electrónicos en cada aula y el Salón de Actos ha sido rehabilitado, por esto la biblioteca recupera su uso de préstamo de libros y lugar de realización de tareas individuales o grupales durante los recreos. No obstante, es un lugar extraordinario para reuniones y eventos académicos de público reducido.
Hoy, en el Día de las Bibliotecas, me he acordado de estas bibliotecas que pasan desapercibidas y sin embargo siguen siendo fundamentales. Mi alumnado estrena su carnet de estudiante cada curso sacando libros y de paso usa los diccionarios, curiosea entre las estanterías, altas como para necesitar escalera y bajas como para tener que agacharse.
El Departamento de Lengua Castellana y Literatura hace las veces de bibliotecario, clasificando aquí o allá con sistemas informáticos las novedades, comunicándonos los retrasos y las devoluciones.
Me resulta inimaginable un instituto sin Biblioteca. Aunque tengamos una pedagogía cada vez más tecnológica el libro sigue ocupando su sitio. Es todo un placer compartir lectura, a ser posible en voz alta, con la clase y hacerlo en la biblioteca mayor si cabe.
¡Larga vida a las bibliotecas!
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