MARAVILLOSA DULCE
Claustro del Monasterio de Uclés, Cuenca
En ese precios rincón sucedió todo. El patio del claustro repleto de sillas que se ocuparon puntualmente al hacerse de noche para recibir a la grande, genial y maravillosa cantante portuguesa Dulce Pontes. ¡Cómo suena el portugués en ese chorro de voz!
Primero al piano y ella sola, con su voz original inventando notas y tonos, al estilo jazzero, empezó a protagonizar un concierto inolvidable, con su vestido gaseoso y sus cascabeles en los tobillos, con su melena al viento y su banda de chicos jóvenes y disciplinados. Cantó canciones conocidas que tarareamos y desconocidas que nos encantaron. Encanto es lo que derrochaba por todas partes.
La iluminación contribuyó a crear el clima perfecto, entre misterioso y envolvente, para bailar y aplaudir a una cantante que también bailaba y aplaudía, que dirigía al público desde el suelo y modulaba su voz creando registros fantásticos que nos conmovían desde cualquier rincón.
Qué gran idea convertir este monástico espacio en sala de conciertos al aire libre, una pena que las caballerizas no tuvieran personal suficiente para servir al numeroso público al finalizar el evento, lástima que tan buen sabor de boca musical no se pudiera completar con otro buen sabor gastronómico, menos mal que una bar de la plaza del pueblo tenía unas cervezas para tomar en la terraza, eso si, sin comida fuera...en fin.
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