lunes, 15 de enero de 2024

GRACIAS IRENE

 GRACIAS IRENE VALLEJO


Hacía mucho tiempo que no compraba la prensa con el deseo de leer un artículo en particular. Cada vez que Irene escribe en periódicos de tirada nacional, generalistas, y caen en mis manos me suscita el gusto por la lectura, por la escritura y, lo que considero más importante, por la reflexión sobre la realidad actual, sobre lo que acontece a mi alrededor y que yo misma contribuyo a crear.

A través de ir y venir a los clásicos, a los mitos, Irene es capaz de mostrarnos el presente con una perspectiva clásica, con un conocimiento antiguo, familiar, de toda la vida, consiguiendo con ello la inmediata y necesaria implicación en los hechos que está narrando.

Muchas veces uso sus textos, breves, claros, para mis clases de filosofía en bachillerato. Son perfectos para gente adolescente que no sabe aún pero tiene todas las capacidades para saber. Son ideales porque con un vocabulario preciso y precioso muestran un modo de acercarse al mundo fácil y a la vez profundo. Las conexiones que plantea con el mundo clásico, el de Grecia y Roma antiguas, sirve para apreciar mejor las cosas, porque la distancia temporal, espacial, es útil a la hora de tomar perspectiva propia, de situarse ante la vida y poder entrar con pasos propios.

Los textos de la escritora nos ponen en un lugar y nos animan a actuar. Colocarse, tomar posición, ocupar unas ideas, practicar unos valores y relacionarse con los demás es la sempiterna tarea humana que no siempre nos sale bien por mucha experiencia que tengamos. Por esto, la edad, a la hora de leer a Vallejo, no es relevante, más bien es la actitud de dejarse llevar por las palabras que conectan los tiempos y los lugares con las decisiones y actos presentes de cada cual.

Hoy, que apenas se aprecia el valor de la comunicación a fuerza de comunicarnos más que nunca, resulta muy estimulante leer a Irene Vallejo y comentar sus propuestas, de hecho leerla en voz alta ayuda a imaginar y a sentir las situaciones que describe, a los personajes que aparecen y nos acerca a ellos, o tal vez, nos acercamos quienes la leemos a ellos.

Reconozco que saber tutear a los clásico es toda una ventaja para entender el presente, aunque no sea fácil merece la pena intentarlo e Irene lo hace muy bien por lo que leerla resulta no solo placentero sino oportuno, captamos un sentido de las cosas que las hace entendibles, reconocibles, cercanas, ya sea una guerra o un desahucio, las diferentes injusticias humanas que provocamos a diario o las maravillas artísticas que somos capaces de crear.

El periódico ha cobrado un nuevo sentido desde escribe Irene en él, espero cada domingo poder leer sus ocurrencias literarias que son ocurrencias de nuestras vidas. Gracias semanales...
Ver El País del 14 de enero de 2024

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