jueves, 11 de enero de 2024

MONSTER

 MONSTER

H. Kore-eda, 2023


Qué complicada es la infancia en todas partes, la que se acaba y da comienzo a la adolescencia. En la familia, en el colegio. Nuestra experiencia nos hace ver la vida de los protagonistas como algo evocador del pasado, sin embargo al presentarse sus vidas desde la óptica de los adultos que les rodean ya no es posible apreciar la mera infancia sin más.

Dice Marina Garcés, en el epílogo del librito de Chimamanda Ngozi Adichie El peligro de la historia única, que los cuentos orientales no son lineales, que se cruzan las historias de manera que no acaban nunca y eso los convierte en cuentos muy originales para nuestra cultura occidental, en la que hay comienzo nudo y desenlace de las historias contadas.

En esta película pasa justo lo que dice Marina de los cuentos orientales. Hay historias enlazadas que ofrecen puntos de vista distintos, hasta el punto de hacernos cambiar de idea sobre cómo son los protagonistas y los adultos que les rodean. Parece que sucede algo pero minutos después tienes la certeza de que ha sucedido de otro modo, así que quien parecía la víctima acaba siendo otro cosa.

En ese entrelazarse de historias, los personajes van y vienen aportando valores a su identidad, dejan de tener un único atributo y pasan a ofrecer posibilidades, lo que resulta más entretenido como espectadora ya que te ves obligada a cambiar de idea sobre quién es quién y qué papel juega. 

El tiempo es la clave. Los hechos suceden en un presente que se recrea varias veces, en el mismo escenario, solo que la cámara muestra la perspectiva de personajes distintos en la misma escena. Es bastante poliédrico. De hecho el final sucede pero podría haber continuado, ofreciéndolo desde otro punto de vista de cualquier otro personaje que no fueran los niños.

Resulta entrañable ver cómo los diferentes roles sociales asumen sus actos, por ejemplo la directora su reciente experiencia personal, el profesor su manera de enseñar, la madre su implicación en la educación de su hijo, los niños ocultando y exhibiendo sus identidades en función de la presión del grupo. Todos aportan cierto misterio, confusión, y dan sentido a la acción, ya suceda en el despacho de la dirección del colegio o en el vagón de tren abandonado en el bosque.

Los actores son muy creíbles, la música oportuna y la cámara juega muy bien con nuestras certezas y dudas todo el rato. Reconozco que me alegro al saber que los personajes no son lo que parecen al principio y que acabo reconciliándome con todos y cada uno.

¿Qué es lo que finalmente acaba pasando? tras la tormenta sucede la calma, aunque puede ser en otra dimensión, total la eternidad es un modo de entender la vida, así se puede seguir entrelazando con otras vidas, pasadas, presentes y futuras. ¿Qué pasa al final?

Es muy buena.


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