ODIO, MENTIRAS Y PERSECUCIÓN
¿ÉTICA PROFESIONAL?
De los creadores del debate ¿quién vigila al vigilante? llega ahora ¿quién juzga a los jueces?
Ya tenemos numerosos casos en los que jueces españoles están siendo sospechosos de cometer los delitos que deben juzgar. Tal vez se hayan contagiado de tanto perseguirlos o simplemente sean los autores originales. Hay sospechas de mentir para crear culpables, sobre todo a mujeres, de odiar para juzgar casos de violencia de género y políticos, y también de ser corruptos por favorecer prácticas ilícitas de determinados hombres próximos al poder político.
Hay precedentes. No podemos olvidar el caso M. RAJOY. Los jueces implicados no supieron dar con la persona que se llama así, eso que se acotaba a un partido político cuyo presidente se llamaba M. RAJOY. La profesionalidad de los jueces de ese caso salió indemne y siguen ejerciendo su trabajo, cobrando de los impuestos públicos y dictando sentencias como si nada, con lo cual pasar de las sospechas a la confirmación hoy está siendo difícil dados estos precedentes.
Realmente es importante la jurisprudencia. La primera vez que se interviene en contra de un juez, al menos que saltara a la parrilla de los medios de comunicación de masas, fue contra uno que investigaba la corrupción política del PP y los crímenes franquistas. El mismo juez intentó que los crímenes de lesa humanidad no prescribieran y que la justicia universal fuera una realidad del derecho español.
Ahora tenemos sobre la mesa asuntos domésticos, es decir, cosas del marido de una presidenta del PP, más casos de Hacienda del rey emérito, machismo y patriarcado togado hasta la médula, persecución sin pruebas de familiares de políticos importantes, asuntos de fe como si fueran autos de fe, exministros de Aznar que salen y entran a la cárcel cotidianamente, irresponsabilidades asesinas en Valencia, privatizaciones encubiertas de servicios básicos como sanidad y educación, cierre de transporte ferroviario, desahucios, pederastia, homofobia, científicos acosados por negacionistas climáticos, defraudadores metidos a eurodiputados, creacionistas en el Senado negando a la ciencia y extras de relleno que acusan sin más a todo aquel o aquella que, teniendo poder político, pudiera reportarle algún beneficio metálico por los adversarios de estos.
A pesar de que ha costado mucho tiempo, esfuerzos económicos y personales, tenemos casos de auténticos montajes jurídicos contra personas de izquierdas. Ya se empieza a saber la verdad sobre los falsos casos contra Podemos (neurona), Compromís (Oltra) y mucho antes contra Ada Colau. ¿No debería dar qué pensar estos pseudocasos? ¿Se estudiarán en la facultades de Derecho, en las oposiciones a Juez y Fiscal?
De los creadores de Hacienda somos todos o La Justicia es igual para todos debería llegar de una vez que Todos incluye a los jueces, a los reyes, al PP, a la iglesia, a la prensa, a eurodiputados, empresarios millonarios y poder patriarcal en todos sus grados.
Urge practicar la manera en que los jueces no estén al margen de la ley. Sin este procedimiento no se garantiza la imparcialidad de la Justicia, es decir, no se garantiza la democracia ni el Estado de Derecho.
Tal vez tengan que ser algoritmos, a ser posible ciegos, los que sin sesgo alguno marquen el nivel de adecuación de las características profesionales, por experiencia, de la judicatura española.
Ya, si eso, hablamos de ÉTICA...
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