POR DONDE PASA EL SILENCIO
Sandra Romero, 2024
Hablando de los cuidados en sentido amplio, en todas las direcciones y desde todos los lugares, aparece esta película para tener en cuenta lo que supone cuidar a un familiar que desprecia y no valora los cuidados que se le dan, que echa en cara la dedicación que recibe por ser insuficiente y culpa a los demás de su situación insoportable.
El drama muestra las dificultades de los componentes de una familia para cuidar a uno de ellos. Desde que nació, y ya tiene 33 años, Javier sufre una malformación de varios huesos que le provocan enormes dolores por lo que su vida está condicionada en cuanto a su independencia personal. La madre, la hermana menor lo cuidan como pueden y saben, el padre a su manera y el hermano cuando vuelve de Madrid, donde trabaja desde hace hace años.
El ambiente rural ofrece escenarios de casas grandes con patios, animales en las casas de campo, calles empedradas, solitarias y ocupadas por cofradías, jóvenes sin futuro, tradiciones repletas de tabaco y otras drogas, ambientes asfixiantes al aire libre. La directora acude a los primeros planos, al plano psicológico, muestra los contactos corporales de los protagonistas en situaciones de alegría y de violencia, trasladando al espectador una naturalidad que da miedo, como si no se pudiera soportar la vida así, tal y como es,
¿Debemos cuidar a quien no tiene suficiente nunca, a quien insulta o desprecia, a quien falta al respeto y culpa constantemente? Los lazos familiares se resiente buscando escapar de lo mismo y buscando algo de autonomía personal. ¿Hasta cuándo se debe cuidar, durante cuánto tiempo, sacrificando cuánto de uno mismo por los demás? El chantaje emocional es brutal, la fuerza que tiene sentirse culpable por estar sano junto a quien está enfermo y quiere que le cuides más y más tiempo. Los reproches en los gestos, las miradas, las palabras y los silencios.
Precisamente el título apunta bien en la dirección de este tipo de cuidados porque poco o nada se puede hablar ya, solo coger el bus en silencio y huir como medio de supervivencia mental y física. La imagen final muestra, sin paños calientes, la alternativa desesperada, dolorosa, extrema, de quien se atreve a hacer algo para cuidarse, por din sin cuidar a quien no quiere ser cuidado respetando ni tomando conciencia de que los demás importan. No resulta un final liberador en absoluto, parece un tormento que se llevan consigo donde quieran que vayan, algo de impotencia y derrota que reconforta un poco.
Menos mal que hay momentos con humor y calma, aunque contenida, para hacer más llevadera la trama, porque si no habría que salir de la sala antes del final.
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